Fuente La Nación
La subdirectora gerente del Fondo contó su primer encuentro con Javier Milei y dijo que el ajuste fiscal es “ambicioso”; pidió cuidar a los más vulnerables y destacó la importancia del impuesto a las ganancias; su impresión sobre el cepo, el futuro del dólar, la posibilidad de un nuevo acuerdo con fondos frescos y la necesidad de reformas; pide trabajar por más apoyo político
La primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, describe la conversación cara a cara que tuvo esta semana con el presidente Javier Milei como “larga y sustanciosa”. Dice que, personalmente, fue interesante hablar con un jefe de Estado que, a la vez, es economista como ella. Luego de su visita relámpago de dos días al país -su primera, pese a que conoce el caso argentino a la perfección- afirma que lo encontró abierto a escuchar y aseguró que tiene “coraje y convicción”.
En una entrevista con LA NACION en las oficinas que el Fondo tiene en el país en el centro porteño, la economista nacida en Calcuta hace 52 años sentencia que la economía que heredó este gobierno estaba “cerca de una crisis”, y requería de una “acción audaz y decisiva”. Gopinath volvió a elogiar el ajuste de Milei al destacar el “ancla fiscal fuerte” y “ambiciosa” del programa económico y la eliminación del financiamiento monetario al Tesoro, que “faltaba en los programas anteriores”, critica.
“La economía que heredó este Gobierno estaba cerca de una crisis y requería una acción audaz y decisiva para alejarla del precipicio”, afirma.
Gopinath dice que no discutió un nuevo programa con fondos frescos con Milei y el equipo económico, una posibilidad que el Gobierno mantiene en carpeta. Esa conversación, sostiene, es “preliminar”.
La número dos del FMI pide preservar las jubilaciones y la ayuda social, y repartir la carga del ajuste en toda la sociedad. Tras su visita, Gopinath reconoció avances en un comunicado. En la conversación estima que llevará por lo menos un año bajar la inflación a niveles bajos. “Se comienza con dos dígitos, luego dígitos altos de un solo dígito y luego sale algo más bajo de un solo dígito. Pero creo que llevará al menos un año bajar la inflación a niveles bajos y luego mantenerla en esos niveles hasta 2025 también requiere esfuerzos”, afirma. Cree que puede estar en un dígito a mediados de este año.
Gopinath recalca que es importante que el costo del ajuste se reparta entre toda la sociedad. Por eso, aconseja dos cosas: asegurar que las jubilaciones y la asistencia social sigan a la inflación y que la recaudación venga de “un mejor impuesto sobre los ingresos”. La ex profesora de Harvard sugiere además eliminar gastos tributarios y privilegios a ciertas regiones que no precisa.
También recalca la importancia de aportar más claridad sobre la política monetaria y el régimen cambiario. Eso, explica, ayudará a bajar la inflación de manera gradual. El crawling peg y el valor del dólar es algo que “debe ser calibrado en el tiempo” –asegura- en función de la inflación y las reservas.
Para la ex economista jefe del Fondo, una figura cercana al gobierno de EE.UU., la eliminación del cepo no tiene fecha: depende, más bien, de ciertas condiciones. Cree que las tasas de interés negativas ayudan hoy al ajuste fiscal, pero que con el tiempo deberán volver a terreno positivo para apoyar la demanda de pesos y que, para sostener cualquier estabilización en el tiempo, serán necesarias reformas estructurales (menciona la laboral). Sin esto, no habrá estímulo para crecer y se volverá a poner en juego la estabilidad.
“Qué tipo de régimen monetario tiene un país es una decisión soberana”, dice y agrega que, para cualquier régimen monetario, incluida la dolarización, se necesitan condiciones previas: una suficiente cantidad de dólares en el Banco Central y buenos marcos de política macro. “Lo que vemos, por la experiencia de otros países, es que la dolarización no resuelve todos los problemas”, afirma Gopinath, que agrega que, sin disciplina fiscal, aunque se dolarice, se puede seguir teniendo problemas. “No es una panacea”, cierra.
Ademas, considera fundamental conseguir apoyo político para avanzar en las reformas de la economía. “Entendemos que la situación política del país es muy compleja”, describe la número dos del FMI.
-Lleva tiempo siguiendo a la Argentina y este es su primer viaje a este país, ¿cuál es su impresión? ¿cómo ve la situación?
-En primer lugar, estoy muy contenta de estar aquí, en la Argentina. Tenía muchas ganas de venir y me alegro de por fin haberlo logrado. He tenido muy buenas reuniones con el Presidente, con su equipo, pero también con la sociedad civil, con economistas y académicos de distintos ámbitos, que asesoraban a distintos partidos políticos. Me reuní también con el sector privado. Hoy mismo he visitado una pequeña y mediana empresa y me he reunido con un representante de sindical. Creo que lo que se desprende es el reconocimiento de que, en primer lugar, la economía que heredó este Gobierno estaba cerca de una crisis, y de requería una acción audaz y decisiva, para alejarla del precipicio. Hubo también un amplio reconocimiento del establecimiento de un fuerte ancla fiscal, que es lo que faltaba en todos los programas de estabilización anteriores. Aquí se trata de un ancla fiscal muy ambiciosa, que consiste básicamente en deshacerse de todo déficit fiscal y poner fin a la financiación monetaria, cosa que el Gobierno ha hecho y ha conseguido hacer en el primer mes de este año, como todos han reconocido. Estamos viendo cómo baja la inflación, si bien sigue estando a un nivel muy alto. Los procesos de estabilización no son rápidos, llevan tiempo, y eso es lo que también se desprende de la experiencia de otros países que han llevado a cabo programas parecidos. La estabilización completa lleva tiempo. Así pues, todavía estamos en tiempos muy difíciles. En segundo lugar, si bien se está llevando adelante una importante y necesaria consolidación fiscal, al mismo tiempo será necesario asegurarse de que el coste de este ajuste se reparte entre toda la sociedad y que no recaiga desproporcionadamente sobre la clase media, la clase media baja y los pobres. De todos escuché la importancia del apoyo social y de proporcionar asistencia social. El Gobierno ha aumentado transferencias al programa de asignación por hijos y el programa Alimentar para ayudar a familias pobres, pero también ha aumentado becas escolares para asegurar que familias de clase media puedan mantener a sus hijos en las escuelas. Pero hará falta más, para asegurarse de que la reducción del déficit fiscal no recaiga sobre los segmentos vulnerables de la sociedad. Esto también significa asegurarse de que las pensiones y la asistencia social sigan el ritmo de la inflación. Pero también es importante asegurarse de que la recaudación provenga de, por ejemplo, un mejor impuesto sobre los ingresos sobre las personas físicas para que las personas con ingresos elevados contribuyan a este ajuste. También es importante reducir los gastos fiscales y en particular los privilegios especiales concedidos a algunas regiones. Esos beneficios son costosos. Esa debería ser otra vía. Así que, para que esta consolidación pueda continuar, se requerirá de otro tipo de instrumentos, otro tipo de políticas para poder proporcionar más asistencia social que a la vez se necesita para conseguir apoyo social por el programa. La otra pieza necesaria, donde hay una coincidencia, es la importancia de tener más claridad sobre la política monetaria y el régimen cambiario. lo cual ayudaría también a bajar la inflación. Por último, creo que se reconoce el enorme potencial que tiene Argentina, en muchos sectores, incluyendo minería, energía y tecnología, al igual que su enorme potencial humano. Y que las reformas son necesarias. Esto es después de tener una década de caída en el ingreso per cápita. En un país con tanto potencial, las importantes reformas de mercado que se proponen podrían ayudar a que esos sectores vuelvan a crecer con más dinamismo.
-¿Discutió con Milei y su equipo algún nuevo programa y fondos frescos?
-No. Tuvimos una discusión, como siempre, sobre el tipo de políticas que se necesitan para fortalecer la estabilidad. Ahora mismo acabamos de terminar nuestra séptima revisión a finales del 31 de enero, y estamos apenas a mediados de febrero. Una vez más, he venido aquí para mirar hacia adelante y ver qué más se necesitaría. Pero todo en este momento es preliminar.
-¿Pero hay alguna posibilidad?
-Siempre mantenemos conversaciones sobre todas las perspectivas pasadas, pero creo que de momento es de nuevo muy preliminar.
-¿Qué opina del clima político y ve suficiente apoyo al programa?
-Vemos que es importante conseguir apoyo político. Entendemos que la situación política del país es muy compleja. Se están adoptando enfoques muy diferentes, pero para que las reformas se lleven a cabo será importante que más partidos políticos se unan y trabajen en la reforma de la economía argentina. Creo que todo el mundo debería reconocer que la reforma es necesaria. Es fundamental. Y tener reformas basadas en el mercado es fundamental, dada la situación actual de la economía.
-La pobreza ha aumentado, los salarios reales, las pensiones han sido aplastadas, y se avecinan más medidas dolorosas ¿cómo se puede sostener un plan económico en tales circunstancias?
-Es importante asegurarse de que se mantenga el valor real de las jubilaciones y la asistencia social. Que las jubilaciones y la asistencia social sigan el ritmo de la inflación. El Gobierno ha proporcionado diferentes formas de asistencia social y hay esfuerzos para mantener el valor real de las jubilaciones. Esfuerzos para asegurar de que este ajuste no conduzca a grandes aumentos de la pobreza son absolutamente críticos. Y por eso he mencionado que será también importante conseguir aumentar los impuestos sobre los ingresos de las personas físicas, lo que puede proporcionar recursos para evitar recortar tanto los gastos. Del mismo modo, la eliminación de ciertos tipos de gastos tributarios también ayudaría. Entonces, las medidas concretas que se adopten para cumplir el ancla fiscal deben calibrarse para garantizar que se siga prestando asistencia social y que la carga no recaiga totalmente en los grupos más pobres.
-Ha hablado de la inflación, ¿a qué velocidad cree que bajará? ¿Y por qué?
-Si comparamos con otros países que han hecho estabilizaciones ambiciosas, está claro que ese proceso será gradual y se requiere de paciencia. No se llega al 2% de inflación de la noche a la mañana, se necesita tiempo. Y también es normal tener baches, puede haber periodos en los que la inflación baje y suba, pero en general, la trayectoria es descendente, siempre que se mantenga un ancla fiscal fuerte, sin financiación del Banco Central y con políticas monetarias coherentes que también apoyen a la reducción de la inflación. En la evaluación que hicimos como parte de la séptima revisión, prevemos que la inflación puede bajar a un dígito para mediados de este año. Y de nuevo, tiene que seguir bajando más. Se comienza con dos dígitos, luego dígitos altos de un solo dígito y luego sale algo más bajo de un solo dígito. Pero creo que llevará al menos un año bajar la inflación a niveles bajos y luego mantenerla en esos niveles hasta 2025 también requiere esfuerzos.
-El FMI dijo que la restricción en los mercados de divisas, los controles de capital, que aquí en la Argentina llamamos el “cepo”, se irán desarmando gradualmente en cuanto las condiciones lo permitan. ¿Cuándo cree que ocurrirá? Y, ¿es sostenible el crawl del 2% en el tipo de cambio?
-En nuestra opinión, se trata de un paquete integral de políticas encaminadas a reducir la inflación. Por ahora, el ancla fiscal, sin financiación del Banco Central, y la tasa de crawl de dos por ciento están ayudando. Ahora, cómo debería de evolucionar el régimen cambiario y monetario es algo que debe ser calibrado en el tiempo en función de lo que está sucediendo con la inflación y reservas. Es por eso que la lectura de la dinámica inflacionaria es tan importante.
-Los equipos del FMI siempre exigen tasas de interés reales positivas…
-Habían preguntado por la eliminación de los controles de capital. El momento de eliminar los controles de capital depende de las condiciones macroeconómicas y el track record de reducción de la inflación y acumulación de reservas. En este momento, creo que el Gobierno ha tenido mucho éxito en acumular cerca de US$8000 millones en reservas, pero heredó una posición de reservas negativas muy grande, por lo que las reservas netas siguen en territorio negativo. Así que, seguirá siendo importante acumular suficientes reservas y tener un historial de reducción de la inflación, de cumplimiento con la política fiscal, y el manteniendo del apoyo social. Esa combinación nos llevaría a un entorno en el que podrían eventualmente eliminarse estas restricciones. Sobre si el staff del FMI siempre exige tasas de interés reales positivas, creo que esa evaluación depende del paquete macroeconómico que se está considerando. En el pasado, la política fiscal jugó un papel menor, y el ancla procedía principalmente de la política monetaria, manteniendo los tipos de interés reales en territorio positivo. En eso se basaba. Ahora, hay un ancla fiscal muy fuerte, y esa ancla está dando lugar a una contracción de la economía. Se prevé que el crecimiento sea inferior al -2,8% este año, y que también se reduzca la inflación. Los tipos de interés reales están en territorio negativo en este momento, y eso también está ayudando al ajuste fiscal. Dicho eso, creo que en los próximos meses será importante que la política monetaria se mueva gradualmente hacia un territorio en el que los tipos de interés reales sean positivos, de modo que también apoye la reducción de la inflación y la demanda de pesos.
-¿Qué reformas estructurales cree que necesita el país en estos momentos para crecer más?
–Hay muchas distorsiones en la economía argentina en numerosos sectores. Las reformas estructurales son necesarias, incluyendo en el mercado laboral al igual que en otros sectores para darle una mayor competencia y eliminar barreras a la entrada en sectores con industrias protegidas. También será muy importante invertir en capital humano. Esto es un aspecto crítico. Las tasas de pobreza infantil de más de 55% son extremadamente preocupantes. Es el futuro del país. Es importante asegurarse de que ese porcentaje descienda mucho y de poder invertir más en educación. Una estabilización macro, eso en sí mismo, dará confianza a los inversores interesados en invertir en el país y aumentar la capacidad y crecimiento de la actividad económica. Pero también es importante emprender reformas estructurales, porque creo que sin ellas se podría acabar de nuevo en una situación de insuficiente estímulo para el crecimiento que podría jugar en contra de la estabilidad. Así que es importante tener ambas cosas.
-¿Qué opina de la dolarización? ¿Podría ayudar o empeorar las cosas?
–Desde la perspectiva del FMI, la decisión de qué tipo de régimen monetario tiene un país es una decisión soberana. Tenemos países miembros que están dolarizados. Tenemos países que flotan sus monedas. Lo que hacemos es evaluar las políticas macroeconómicas y los fundamentos de la economía, para ver si son consistentes con la transición a un régimen de tipo de cambio que el país ha elegido. Lo único que quiero señalar es que, para cualquier régimen cambiario, incluida la dolarización, se necesitan buenas condiciones previas. Se necesita una cantidad suficiente de reservas y buenos marcos de política macro. Y lo que vemos por la experiencia de otros países es que la dolarización no resuelve todos los problemas, ¿verdad? Si no tienes disciplina fiscal, aunque dolarices, puedes acabar teniendo problemas si no eres capaz de controlar tu política fiscal, de contenerla. Así que no es una panacea.
-Como probablemente sepa, los argentinos tienen sentimientos fuertes sobre el FMI. ¿Qué le diría a la gente que no cree en las recetas del Fondo?
-Es una buena pregunta… Tengo que pensar en ello. Principalmente, quiero expresar mi gratitud a todos los que me han ayudado con mi visita a la Argentina. Estoy muy agradecido por su hospitalidad, y lo he pasado muy bien. Es un país precioso con un potencial tremendo. Y espero que sus lectores vean al FMI como un amigo que está tratando de hacer todo lo posible para que ese potencial se haga realidad en la Argentina para todos.
-¿Podría contarnos un poco cuál fue su impresión del Presidente Milei? Es la primera vez que realmente han tenido tiempo de mantener una reunión a solas con el resto del equipo y Milei ha tenido mucha atención en Estados Unidos. ¿Qué piensa sobre él?
-Mantuve una larga y sustanciosa conversación con el Presidente. Fue una conversación cara a cara y, en primer lugar, para mí personalmente, como economista, fue particularmente interesante hablar con un Jefe de Estado que también es economista. Así que entramos en cuestiones de fondo en términos de política monetaria y fiscal, etc., y cuál podría ser la mejor manera de lograr la estabilización y restablecer el crecimiento, algo que al Presidente le preocupa mucho porque, en última instancia, eso es lo que al final beneficia a todos en Argentina. Creo que lo más reconfortante de hablar con él es que se mostró abierto a escuchar ideas y sugerencias. Además, tiene coraje y convicción. Eso también se nota.