La historia de Hermann Schreiber se hizo viral durante el confinamiento: este anciano alemán que vive en Vigo salió un día a tocar la armónica a su ventana y su cuidadora, Tamara Sayar, le hizo creer que el aplauso sanitario era en realidad para él. Una mentira piadosa que terminó por convertirse en verdad, ya que al día siguiente el vecindario entero coreaba su nombre por la tarde pidiendo un concierto. Esta emotiva anécdota del confinamiento ha sido la que ha inspirado al director Jordi García para crear ‘Hermann’, un corto de animación en el que el protagonista es un virtuoso del violín.