Fuente La Voz de San Justo

Un caso que revela los riesgos que representan los canes de razas peligrosas.
Un caso que revela los riesgos que representan los canes de razas peligrosas.

El reciente caso ocurrido en barrio Sarmiento derivó en una causa judicial y la imputación de la dueña del perro. Especialistas insisten en trabajar en la educación de los canes, el control por parte del Estado y medidas de seguridad.

Hace unos días, un hombre evitó que su hijo autista fuera mordido por un perro de raza pitbull, de propiedad de una vecina de barrio Sarmiento en San Francisco. A raíz de ello, formuló la respectiva denuncia penal que recayó en la Fiscalía de Instrucción de 4° Turno, a cargo de Leonor Failla, secretaría María Eugenia Maldonado.

Este episodio, que no terminó en tragedia por la oportuna intervención del papá del menor, reaviva la preocupación acerca de la tenencia responsable de este tipo de animales y el rol de la Justicia y el Estado en torno a esta problemática.

LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con Ezequiel Dángelo, el vecino de barrio Sarmiento que evitó que su hijo fuera mordido por este perro que, luego de las diligencias policiales y judiciales, fue incautado a su propietaria.

En principio, Dangelo contó que “hace dos fines de semana llegaba a mi casa en mi vehículo, un sábado por la noche, alrededor de las 23 luego de estar paseando en el centro. En ese momento observé al perro ubicado en diagonal a nuestra posición, mirándonos con las orejas hacia abajo, en clara señal de alerta. En eso le dije a mi esposa que se lleve a mi hijo más pequeño, de 5 años y yo me quedaba con el mayor, que tiene autismo. En momentos en que mi hijo va hacia atrás del vehículo para sacar su mochila con juguetes se me viene el perro por lo que de inmediato lo alcé y el perro buscó tirarme el tarascón a mí y a mi hijo. Luego de llevar a mi hijo adentro de la casa salí a buscar al perro armado con un machete porque estamos cansados que ataque a los vecinos”.

En ese momento, “fui hasta la casa de la dueña del perro y salieron del interior del inmueble agrediéndome e insultándome con palos y fierros e incluso le pegaron una patada a la camioneta. Ante esto fui a la policía a hacer la denuncia y después la ratifiqué en Tribunales”.

A partir de la intervención policial, el vecino agregó que “la policía constató los hechos, fue hasta el lugar y comprobaron que el perro había mordido a vecinos en reiteradas oportunidades. También mató el caniche de un vecino con una mordedura y lo mismo hizo con dos gatos”.

“Estaba siempre suelto y sin medidas de seguridad”

“Los vecinos estábamos cansados de ese perro. Soy comerciante y perdí muchos clientes porque no querían venir más al lugar porque estaba ese perro al que le tenían mucho miedo”, agregó.

“No es la primera vez que este perro ataca a personas o mascotas de los vecinos. Anteriormente atacó a un perro de un vecino y lo destrozó, también mordió a dos vecinas. El problema con el animal es que estaba siempre suelto y sin ningún tipo de medidas de seguridad”, dijo Dángelo.

Además, dijo que en reiteradas ocasiones “le decíamos a la dueña del perro que le ponga un bozal para que no muerda a nadie. Pero lamentablemente nunca nos hacía caso, sobre todo porque esa raza es peligrosa, cuando atacan son asesinos”.

 

 

La intervención de la Justicia

A partir de la denuncia policial y judicial, desde la Fiscalía de Instrucción del 4° Turno, a cargo de la doctora Leonor Failla, secretaría María Eugenia Maldonado, confirmaron la existencia de dicha denuncia refiriendo que se trataba de un perro de los descriptos como ‘potencialmente peligrosos’, que de la investigación se demostró que transitaba por la vía pública sin medidas de seguridad tales como bozal, sin cuidador ni acompañamiento de su propietario, que registraba antecedentes de violencia reciente y que en el domicilio donde habitaba tampoco se constató la existencia de las condiciones de cerramiento de paredes y puertas para evitar que estos animales circulen libremente.

Consultada por LA VOZ DE SAN JUSTO, la doctora María Eugenia Maldonado efectuó un repaso sobre el marco legal actual alrededor de una problemática en aumento en nuestra ciudad y que se origina principalmente por la falta de precauciones de parte de quienes poseen estos animales.

La funcionaria destacó, que “a nivel provincial, rige la ley 9.685 sobre la ‘circulación en la vía pública y tenencia de perros potencialmente peligrosos’, la que se encuentra en vigencia desde el año 2009, y dispone de toda una serie de recaudos a cumplir en relación a la circulación en la vía pública y también para la tenencia de perros potencialmente peligrosos, todo ello para preservar la vida e integridad física de las personas y demás animales”.

Esta legislación, señala que los perros potencialmente peligrosos, son aquellos que, por su raza o contextura física o fuerza mandibular, tiene capacidad de causar lesiones y/o la muerte a personas y/o animales; a la vez que menciona que el lugar donde permanezcan estos animales debe tener paredes, vallas u otros cerramientos con alturas mínimas de dos metros, a prueba de la fuerza del perro y de imposible traspaso para su hocico.

Sobre esto último, Maldonado confirmó que la propietaria del animal “tenía el perro en condiciones que no eran las correctas, por lo que se escapaba del inmueble habitualmente, a cualquier hora y sin bozal”. 

“En este caso, como el animal no causó lesiones al vecino, corresponde la aplicación del Código de Convivencia Ciudadana de la provincia, la cual prevé sanciones consistentes en una multa al propietario”.

Existiendo otra denuncia en contra del mismo animal, por haber mordido a un repartidor de boletas de una empresa, en este caso, causándole lesiones confirmó que “se dispuso la imputación de la dueña del pitbull”.

Además, la funcionaria judicial recordó la vigencia en la ciudad de las ordenanzas municipales N° 5739 y 5448 sobre el tema, y destacó que “se ha solicitado al municipio que informe si existe un registro municipal de perros potencialmente peligrosos donde figuren los nombres de los dueños de dichos animales, domicilio del animal, las medidas de seguridad del domicilio donde habita el animal, la identificación del animal, la certificación de que el propietario cuenta con aptitud psico-física para la tenencia de dichos animales, con la finalidad de que exista un registro del número de estos animales en la ciudad de San Francisco. Y que se articule una red de trabajo desde el Municipio, conformada por profesionales (veterinarios y personal que se dedique al adiestramiento canino) que actúen y colaboren con la Justicia, ante situaciones de agresividad, con los elementos de trabajo necesarios, brindando capacitaciones a los propietarios y re educando al animal por problemas de conducta y sociabilidad”.

 

 

Preocupan los casos de mordeduras en la vía pública

A partir de este caso, LA VOZ DE SAN JUSTO consultó al médico veterinario Roberto Ferrero, profesional de dilatada trayectoria que desde hace muchos años viene trabajando junto a la municipalidad de San Francisco y la Sociedad Protectora de Animales en diferentes campañas de concientización acerca de la manera correcta de tener estos animales.

Sobre esto, explicó que “si bien no hay una estadística oficial sobre la cantidad de casos de mordeduras de perros en la vía pública puedo decir que en los últimos 20 años se vienen registrando casos y últimamente se le viene prestando más atención a partir de las denuncias que la gente hace ante la Policía y la Justicia”.

Ferrero comentó que “en los últimos días hemos tenido algunos casos registrados en diferentes barrios, protagonizados por perros que atacan a personas, de ambos sexos y todas las edades”.

Luego recordó que “en una ocasión pasó un caso en barrio Jardín donde una persona mayor estaba viendo un programa de televisión con un caniche en brazos y en ese momento ingresó un pitbull por la ventana. El caniche terminó destrozado y el hombre en medio de una crisis nerviosa que hizo necesaria la intervención de un servicio de emergencias”.

En este tipo de situaciones, Ferrero llamó a la comunidad en general “a asumir el compromiso que nos toca a cada uno, teniendo un perro con todas las precauciones y si no es así, no lo saco a la calle o no lo tengo. Si no soy capaz de asumir la responsabilidad de tener un animal de estas características de una manera responsable, no lo tengo”.

Ferrero dijo que “no es necesario” que, ante una actitud irresponsable de una persona, se pueda generar una situación en la que un perro potencialmente peligroso sin las medidas de seguridad correspondientes finalmente agrega a una persona hasta causarle la muerte, ya que en realidad “tenemos que trabajar para reforzar las tareas de prevención desde todos los sectores sociales involucrando no solo a la Justicia, sino reforzando nuestro compromiso social y el trabajo en equipo porque de lo contrario, no lo vamos a poder hacer”.