Fuente: El Diario de Villa María
Era el auditor interno titular de la casa de estudios por disposición del Consejo Superior
“Tengo el agrado de dirigirme a usted con la finalidad de hacerle saber de la voluntad de plantear, de manera indeclinable, mi renuncia al cargo de auditor interno titular de la Universidad Nacional de Villa María”, expresó el abogado Diego Sobrino en el primer párrafo de la misiva enviada, con fecha del 25 de este mes, al rector Luis Negretti.
En el siguiente párrafo, el expresidente del Colegio de Abogados invoca “las razones de público conocimiento” que le impiden “ejercer las responsabilidades inherentes al rol que el cargo conlleva, pero, por otra parte, quiero expresarle al señor rector algunas consideraciones”.
“En primer lugar, agradecerle a usted y, por su intermedio, al Consejo Superior por haberme confiado oportunamente las funciones de auditor interno de la institución; espero haberlas desempeñado a la altura de las circunstancias y expectativas, en la convicción de haber puesto de mi parte el mayor de los esfuerzos, compromiso y dedicación, además del afecto por la institución donde me desempeñé todos estos años”, escribió el renunciante en la carta dirigida al también abogado Negretti.
La copia del documento llega a nuestra Redacción tras la consulta de este medio acerca de cuál era la situación de Sobrino respecto de la Universidad, dada la denuncia e imputación que pesan en su contra, por las cuales se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria de barrio Belgrano de esta ciudad y fue indagado en la tarde de ayer (ver detalles en la página 23 de esta misma edición).
El texto continúa con la solicitud para “que traslade a los colegas mi afectuoso saludo y también agradecimiento por haberme permitido ser parte de un equipo de trabajo sólido, comprometido y sumamente profesional, siempre dispuestos a escuchar sugerencias y comprometerse con la mejora continua de los procesos”.
“También le pido que haga llegar al equipo de la UAI (Unidad de Auditoría Interna) mi más sincero agradecimiento, hemos conformado un grupo basado en el compromiso con el espacio, cumpliendo nuestras funciones con profesionalismo y produciendo un trabajo sólido, además de un hermoso grupo humano”, añadió Sobrino.


“El estrépito…”
Seguidamente, el profesional lamentó “profundamente lo acontecido los últimos días, las imputaciones que se me han realizado, ninguna en absoluto tiene que ver con el cumplimiento de mis funciones como auditor, pero en el convencimiento de que el estrépito que han generado, y teniendo precisamente en cuenta el rol que desempeño, ha quedado en consideración pública la propia institución, situación que jamás hubiese querido y de la que quiero deslindar con esta renuncia”.
“Por último, expresarle a usted, en su rol de representante de toda la comunidad universitaria, que más temprano que tarde demostraré que las imputaciones que pesan en mi contra son absolutamente falsas, rindiendo tributo, de esa manera, a la confianza que conozco ustedes depositan en mí, al igual que mi familia, colegas, amigos y toda aquella persona que me conoce. Lo saluda muy atentamente…”, concluyó Sobrino en su carta de renuncia.






