Fuente: La Voz del Interior
La Justicia y la Anmat enfrentan una ardua tarea para retirar del mercado casi un millón de dosis de fentanilo de HLB y Ramallo, vinculado a 52 muertes por neumonía bacteriana. A pesar de la clausura, en 2017 la Anmat encontró productos prohibidos de SURAR en un depósito en Córdoba.


El escándalo del fentanilo contaminado, que dejó al menos 52 pacientes fallecidos por neumonía bacteriana resistente a los antimicrobianos, sigue revelando datos preocupantes sobre la distribución de las ampollas de este potente opiáceo.
A casi dos meses de la suspensión de su uso por la Anmat, se estima que casi un millón de ampollas producidas por HLB Group y Laboratorios Ramallo fueron distribuidas por todo el país, y el proceso de recuperación avanza a paso lento, con solo el 40% puesto en cuarentena hasta el momento, informó Clarín.
La magnitud del problema y su distribución nacional
Las autoridades se encuentran en una labor que califican de “artesanal” para localizar y asegurar el fentanilo de marca HLB Pharma Group, así como el producido por su firma asociada, Laboratorios Ramallo.
Se trata de 932.880 ampollas correspondientes a la “campaña 2024”, que incluye seis lotes identificados (31.201, 31.202, 31.244, 31.245, 31.246 y 31.247), entre ellos los tres con probada presencia de bacterias.
En Córdoba también hay
Estas dosis contaminadas se distribuyeron en 306 puntos geográficos de 15 de las 24 jurisdicciones del país. La provincia de Buenos Aires concentra el 47% de estos puntos, con 7 droguerías y 137 hospitales públicos. Le siguen Santa Fe con 59 efectores (4 droguerías y 44 hospitales), Río Negro con 32 centros (1 droguería y 31 hospitales), y Córdoba con 20 puntos (2 droguerías y 18 hospitales). La Ciudad de Buenos Aires y Neuquén también tienen 9 lugares cada una con stock de este fármaco (1 farmacia y 8 hospitales en cada caso). Otras provincias afectadas incluyen La Pampa, Catamarca, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Salta, Jujuy, La Rioja y Tucumán.

Retos en la recuperación y la función de las autoridades
Inicialmente, el Juzgado Federal Nº3 de La Plata, a cargo de la investigación por las muertes, ordenó a la Anmat que recuperara los lotes.
Sin embargo, la Anmat no realizó esta tarea, lo que llevó a la Justicia a iniciar su propio proceso de “recupero” con el apoyo de efectivos policiales de diversas jurisdicciones. Este “recupero” hasta ahora implica que los responsables de hospitales, sanatorios, farmacias y droguerías acusen recibo y resguarden las ampollas en cuarentena hasta su retiro definitivo. Aunque recientemente hubo una reunión y se acordó una forma de trabajo conjunta entre la Anmat y la Justicia, el avance es todavía limitado.
La situación es más compleja, dado que la hipótesis principal es que podría haber más ampollas con irregularidades o incluso otros medicamentos fabricados por HLB y Ramallo que presenten fallas, debido a presuntos descuidos en los procesos de producción.
La Anmat había emitido numerosas alertas contra estas firmas en los últimos años, lo que genera dudas sobre por qué no se procedió a una clausura o suspensión preventiva antes. Desde mayo, la venta y uso de todos los medicamentos de HLB y Ramallo está suspendida en Argentina.
Un historial de cuestionamientos: SURAR Pharma y las licencias
Este escándalo se ve agravado por el origen de la licencia para producir fentanilo. HLB Group y Laboratorios Ramallo adquirieron esta licencia de SURAR Pharma, un laboratorio con un historial problemático y clausurado por la ANMAT en 2015 por deficiencias en sus buenas prácticas de manufactura. Aunque la compra de licencias es una práctica legal y frecuente, el hecho de que el vendedor fuera un laboratorio cuestionado oscurece la imagen de las empresas bajo investigación.
SURAR Pharma, que inició actividades a fines de 2006 y recién quebró en febrero de 2024, acumuló un historial de irregularidades, incluyendo la infracción de la ley de Medicamentos, la producción de medicamentos “impuros” o “ilegítimos”, y problemas de esterilidad en sus productos. En 2015, fue clausurada preventivamente por producir en áreas no habilitadas y por problemas de calidad. A pesar de la clausura, en 2017 la Anmat encontró productos prohibidos de SURAR en un depósito en Córdoba, precisa Clarín.
La necesidad de HLB y Ramallo de adquirir licencias rápidamente, especialmente desde 2017, cuando su negocio societario estaba en marcha tras la reconversión de Apolo en Ramallo, las llevó a buscar “caza-certificados” o “caza-licencias”.
Esta “avidez por adquirir licencias rápidamente” permitía acortar los trámites ante la Anmat de hasta dos años a tan solo seis meses. Fuentes del sector sugieren que HLB/Ramallo habrían obtenido unas 20 licencias de SURAR Pharma entre 2017 y antes de la pandemia, incluso en plazos menores a seis meses. Este hecho es particularmente relevante, ya que la Anmat, al interrumpir la actividad de HLB y Ramallo, informó que comercializaban medicamentos con su marca, pero que las especialidades medicinales figuraban a nombre de SURAR Pharma.
La preocupación persiste mientras las ampollas contaminadas siguen sin ser recuperadas en su totalidad, y las preguntas sobre la supervisión y las prácticas de los laboratorios involucrados continúan acumulándose.