- 13 de junio, 2025
- Corrientes (AICA)
La Junta Arquidiocesana de Laicos de Corrientes le reclama al Estado no olvidar su rol y exhorta a todos a no permanecer indiferentes ante situaciones sospechosas de maltrato, sustracción o trata.

A un año de la desaparición del niño Loan Danilo Peña y sin ninguna certeza de lo ocurrido, la Junta Arquidiocesana de Laicos de Corrientes le reclama al Estado que asuma y no abandone su rol en «la prevención del delito, persecución de los responsables, rescate de las víctimas y asistencia a sus familias».
«No naturalicemos lo que no debe ocurrir. No callemos. No es tarde para actuar», recuerda.
Tras encomendar a Loan a Dios, pide «consuelo para su familia y justicia verdadera».
«Que este dolor nos despierte y nos comprometa a construir una sociedad más justa, sensible y activa frente a este flagelo», ruega.
Texto de la declaración
A un año de la desaparición de Loan Danilo Peña, nos unimos al dolor de su familia y de toda la sociedad argentina que sigue clamando por su aparición y por justicia. No podemos mirar hacia otro lado. Su ausencia duele y nos interpela.
Loan, como tantos niños desaparecidos en nuestra patria, representa una herida abierta en nuestro sistema democrático. Su caso refleja la necesidad urgente de un Estado que asuma con firmeza su rol en la prevención del delito, persecución de los responsables, rescate de las víctimas y asistencia a sus familias. ¡No abandonen ese rol!
La sociedad civil no puede ser indiferente. Todos tenemos un compromiso: estar atentos en nuestros barrios, detectar situaciones sospechosas de maltrato, sustracción o trata. ¡Seamos preventores!
«Es una llamada a no quedarnos paralizados, a movilizar todos nuestros recursos en la lucha ante las injusticias y sus víctimas. Si cerramos nuestros ojos y oídos, si permanecemos inertes, seremos cómplices».
Ante cualquier dato, por mínimo que sea, debemos acercarnos a la fiscalía más próxima o comunicarnos con la línea 145, gratuita, anónima y disponible los 365 días.
No naturalicemos lo que no debe ocurrir. No callemos. No es tarde para actuar.
Hoy, volvemos a encomendar a Loan a Dios. Pedimos consuelo para su familia y justicia verdadera. Rogamos también por la conversión de quienes pudieran haber participado de este hecho delictivo. La familia de Loan merece respuestas. La sociedad merece protección real para sus niños.
«Que nos toque con su infinita misericordia y nos perdone tanta indiferencia e injusticia, que nos abra a las necesidades de los demás».
Que este dolor nos despierte y nos comprometa a construir una sociedad más justa, sensible y activa frente a este flagelo.+