Fuente: INFOBAE
Se trata de Carlos Díaz, quien al momento de ser condenado era menor de edad. El crimen ocurrió en marzo de 2004
Carlos Díaz, condenado por el secuestro y asesinato del joven estudiante de ingeniería Axel Blumberg (23), recuperó su libertad después de estar 21 años preso. La decisión fue tomada por el juez Walter Venditti, del Tribunal Oral en lo Federal N°2 de San Martín, quien determinó que había cumplido con la totalidad de su condena.
El delincuente fue detenido el 10 de abril de 2004, menos de un mes después del violento crimen que conmocionó a toda la sociedad argentina. Fue condenado el 26 de octubre de 2006 por el TOF N°2 de San Martín, junto a los otros miembros de la banda que secuestró y asesinó a Blumberg.
En ese momento, Díaz tenía 17 años, lo que influyó en la pena que recibió, ya que no se le aplicó prisión perpetua debido a su condición de menor de edad.
Además de Díaz, otras siete personas fueron condenadas por su participación en el secuestro y asesinato: su hermano José, Martín “El Oso” Peralta, Sergio Miño, Mauro Maidana, Andrea Mercado, Vanesa Maldonado y Analía Flores. La banda criminal operaba con un modus operandi que incluía la captura de víctimas para exigir rescates, según estableció la Justicia.
En el fallo, el juez Venditti indicó que la liberación del asesino “deberá hacerse efectiva siempre que no exista medida restrictiva de la libertad emanada por autoridad competente”.
El crimen que sacudió al país
El secuestro se produjo el 17 de marzo de 2004, en la calle Dorrego al 1500, en la localidad de Martínez, partido de San Isidro.
Ese día, el hijo del empresario textil Juan Carlos Blumberg, salió de su casa en el Renault Clío de su madre para pasar a buscar a su novia, Estefanía Garay, e ir al cine. A las 22.30, estacionó, trabó el volante del auto y se bajó, pero nunca llegó a tocar el timbre de la casa de la chica. Apenas puso los pies sobre la vereda, lo redujeron y lo subieron a otro auto, en el que lo venían siguiendo.
A Axel lo llevaron a una casa precaria ubicada en Goya y Canadá del barrio Santa Paula, en Moreno, que la banda utilizaba como aguantadero, donde lo encerraron, atado y con los ojos vendados, en una habitación con un colchón y un balde para que hiciera sus necesidades.
Durante el cautiverio, que duró seis días, los captores exigieron un rescate de 50.000 pesos, que por entonces equivalían a unos 17.000 dólares.
Blumberg padre negociaba y sostenía que no podía reunir esa cifra. De lado de los delincuentes, el encargado de las negociaciones era José Díaz, alias “El Negro”, uno de los cabecillas. Para comunicarse con el padre de Axel utilizaba dos teléfonos comprados con nombre falso en un shopping.
Las negociaciones se prolongaron cinco días, durante los cuales, la banda cometió y resolvió rápidamente otros dos secuestros.
La tarde del 22 pareció que la resolución era inminente, después de acordar una cita para entregar la suma que finalmente acordaron: 14.500 pesos – mucho menos que la demanda inicial – que debían ser entregados en la misma estación de servicio en Pilar donde habían cobrado otro rescate.
Además de negociar el monto del rescate, Juan Carlos Blumberg avisó a la Policía, que dispuso un discreto patrullaje en la zona circundante al lugar fijado para la entrega del dinero.
Según el expediente judicial, por alguna razón el auto de los secuestradores despertó las sospechas de la policía que patrullaba el lugar.
“Mientras los secuestradores se encontraban a bordo del vehículo VW Passat sustraído a Ortiz de Rosas (empresario de la empresa Arcor también secuestrado) y circulando por el Acceso Pilar, mantuvieron un enfrentamiento con personal de las distintas fuerzas de seguridad que justamente se encontraban patrullando la zona donde se realizaría el pago con el objeto de aprehender a los imputados”, consta en el expediente.
Una vez que dejaron atrás a los policías, los secuestradores llevaron el Volkswagen a un descampado de Los Polvorines, donde lo quemaron, y volvieron a la casa de Goya y Canadá, en Moreno, para decidir qué hacer con Axel. Pronto descartaron seguir negociando con Blumberg, porque sabían que otra cita de rescate sería imposible.
Intento de escape y ejecución
En sus declaraciones, los delincuentes luego dirían que en un primer momento decidieron liberar a Axel. El joven no les conocía las caras ni sabía donde lo tenían secuestrado, de modo que una vez que se lo sacaran de encima, no podría darle a la policía información que llevara hasta ellos.
Según la reconstrucción, alrededor de la 1.30 de la mañana del martes 23 de marzo, dos de los delincuentes entraron a la habitación donde tenían al joven atado y vendado y le dijeron: “Preparate”.
“Me van a matar”, les preguntó Axel.
“No boludo, te vamos a soltar”, le respondió uno de los captores.
Lo desataron pero no le quitaron la venda, lo llevaron tomado de los brazos hasta donde estaba el Fiat Uno y lo metieron en el baúl. Antes, le metieron el DNI en uno de los bolsillos del pantalón.
Según la reconstrucción, se quedaron fumando marihuana mientras Axel seguía encerrado en el baúl. Nunca creyó que lo liberarían y por eso se quitó la venda, pudo salir del auto de alguna manera y comenzó a correr por ese barrio desconocido.
Saltó alambrados, golpeó la ventana de una casa y pidió auxilio, pero nadie le respondió. Escuchó también un grito: “¡Se escapa el gato, se escapa el gato!”. Era Carlos Díaz, que lo vio pasar corriendo. Axel siguió escapando, a la vez que gritaba: “¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Ayudenmé!”.
Un hombre denunció que algo raro estaba pasando en el Barrio Santa Paula, pero cuando le pidieron que se identificara, colgó sin dar más información.
El “Oso” Peralta se subió al Fiat Uno y salió disparado con el auto para interceptarlo. Se había alejado poco más de cien metros de la casa, cuando tres delincuentes se le tiraron encima en la esquina de Einstein y Canadá. Lo golpearon con los puños y Díaz le dio un culatazo con su pistola en la cabeza.
Que Axel -quien ya no tenía la venda puesta – los hubiera visto los hizo cambiar inmediatamente de idea de liberarlo. No podían dejar que los identificara. Lo llevaron hasta un descampado de Santa Teresa de Jesús y Álvarez de Arenales, en La Reja y lo mataron de un disparo en la sien.
El tribunal determinó que José Díaz fue quien ejecutó el crimen, por lo que tanto él como Peralta recibieron la pena de reclusión perpetua.
Hasta ahora, el menor de los Díaz estaba preso en la Unidad 19 del Servicio Penitenciario Federal, conocida como Colonia Penal de Ezeiza. Hoy tiene 38 años.
El secuestro y asesinato de Axel Blumberg no solo impactó a su familia, sino que también generó un fuerte debate en la sociedad argentina sobre la inseguridad y la justicia. Las marchas encabezadas por Juan Carlos Blumberg reunieron a miles de personas en reclamo de medidas más estrictas contra el delito.
En ese período, el Congreso Nacional votó una serie de polémicas reformas en el Código Penal, conocidas como las “leyes Blumberg”, donde impuso, entre otras cosas, reprimía la portación de armas con pena de prisión no excarcelable, recortaba los beneficios de la libertad condicional a presos condenados a perpetua, incrementaba las penas para homicidios y violaciones seguidas de muerte, y aumentaba el tope a 50 años de prisión para los responsables de delitos concurrentes.