La fiscal de Morteros, Yamila Di Tocco, dictó la prisión preventiva de los imputados por el atroz crimen de Aralí Vivas, la niña de 8 años cuya muerte conmocionó a Birnkmann y al país. Ezequiel Matías Simeone (padrastro de la niña), Cristian Hernán Varela (amigo del padrastro) y Rocío Milagros Rauch (madre de la niña) están por homicidio.
La autopsia reveló que Aralí ya estaba muerta al momento del incendio; que presentaba un traumatismo en la zona craneal y que había sido víctima de abuso sexual.
Las imputaciones de los detenidos:
- Ezequiel Matías Simeone: supuesto coautor de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, por ser cometido contra un menor de edad aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo, y por ser cometido por dos o más personas -reiterado- y homicidio calificado por el vínculo, por mediar violencia de género y criminis causa, en concurso real, y como probable autor del delito de Incendio, todo en concurso real.
- Cristian Hernán Varela: supuesto coautor responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, por ser cometido contra un menor de edad aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo, y por ser cometido por dos o más personas -reiterado- y de homicidio calificado por el vínculo, por mediar violencia de género y criminis causa, en concurso real.
- Rocío Milagros Rauch: supuesta partícipe necesaria penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, por ser cometido contra un menor de edad aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo, y por ser cometido por dos o más personas -reiterado- y de homicidio calificado por el vínculo, por mediar violencia de género y criminis causa, todo en concurso real.
Todos permanecen detenidos en el Complejo Carcelario Padre Lucchese (la cárcel de Bouwer) en Córdoba. Fueron indagados y negaron los hechos que se les imputa.
Un incendio para despistar
El pasado 2 de noviembre se descubrió que lo que parecía un trágico incendio fue, en realidad, un intento de ocultar un crimen.
Según la investigación, el asesinato de Aralí ocurrió entre la 1 y las 6 de la mañana del sábado 2 de noviembre en la vivienda donde la niña se encontraba con sus hermanos. Cámaras de seguridad de la zona habrían captado a dos hombres, Simeone y Varela, entrando y saliendo de la casa en los horarios previos al incendio. Testigos afirman haber visto a los sospechosos en las inmediaciones durante esa madrugada.
La madre de Aralí había viajado a Morteros el día anterior y no regresó a la casa, lo que dejó a la niña al cuidado de sus hermanos.
A primeras horas de la tarde, la casa comenzó a incendiarse, y vecinos alertaron a los bomberos voluntarios. Al llegar al lugar y sofocar las llamas, los bomberos encontraron el cadáver de Aralí, quien estaba sola en el hogar. En un principio, se pensó que el incendio había sido la causa de su muerte. Sin embargo, el análisis de los peritos de la Dirección Bomberos de la Policía reveló que el fuego había sido provocado de manera intencional en una de las habitaciones.
Lo que pareció un accidente se transformó en una escalofriante revelación cuando los forenses informaron que Aralí no presentaba monóxido de carbono en su organismo, lo que indica que la niña fue asesinada antes de que se iniciara el incendio. Esta información confirmó que el fuego fue utilizado con el fin de ocultar el crimen.