El fiscal había pedido sólo 20 años de cárcel e inhabilitación perpetua para cargos públicos mientras que la defensa había solicitado la absolución.
Por unanimidad los magistrados señalaron que el crimen se enmarcó en «en violencia institucional” debido a que el exfuncionario provincial “abusó de su poder como jefe de un área clave del gobierno de Córdoba” para atacar a la bombero de 26 años que soñaba con ingresar al ETAC.
Luana Priscila Ludueña Caminos se quitó la vida en enero del 2022 después de presentar la denuncia y sufrir reiterados hechos de hostigamiento.
Concha también fue condenado por otros ilícitos, presuntamente cometidos por el ex funcionario contra su pareja, que fueron calificados como lesiones leves doblemente calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género; amenazas calificadas por el uso de arma de fuego; y agresión con arma.
A las 8.30 de la mañana comenzó la instancia de la última palabra de los padres de Luana y del acusado, quien se encuentra detenido desde febrero del 2022.
Las expectativas por la sentencia eran grandes. Mientras que la defensa, a cargo de Carlos Hairabedián, solicitó la absolución; la querella, representada por Carlos Nayi, pidió la prisión perpetua.
Por su parte, el fiscal Fernando López Villagra pidió 20 años de prisión y la inhabilitación perpetua a cargos públicos por coaccionar con “violencia institucional” contra Ludueña.
En la última audiencia de la semana pasada, el fiscal consideró que el delito no ocurrió en un contexto de violencia de género y considera la pena de reclusión perpetua es desproporcionada en función de las escalas penales y por eso, sólo pidió 20 años de prisión.
Última palabra de Diego Concha
Diego Concha evitó hablar de Luana en esta instancia. Solo dijo: “No pasó nada bueno ni nada malo, no pasó nada, es la realidad”.
Hizo referencia a su fe cristiana y pidió “que Jesús ilumine a los técnicos, al jurado popular”.
Expresó que “se ha dicho que no han visto un arrepentimiento de parte mía, y acá voy a hacer mención a quien era mi pareja, Ana Carolina Moyano. Ella sabe perfectamente quien es la persona que la acompañó durante 21 años. Se dijo también que para entrar a trabajar en un equipo técnico de catástrofes previamente tenían que tener algún contacto, alguna relación sexual o de esa índole con la persona que está hablando (Concha)”.
Contó que desde los 15 años se capacitó para finalmente llegar a un estamento del Estado. “No fui puesto a dedo, lo hice por mi capacidad, mi idoneidad y el profesionalismo que siempre le puse a todo lo que hice. No le debo absolutamente nada a la política ni la política me debe nada a mí. Llegué al puesto que llegué (Director de Defensa Civil) por mérito propio”.
Y continuó: “Se habló que yo pertenecía a un círculo rojo. Mi única misión era informarle al político, que podía ser un ministro o el mismo gobernador, de qué se trataba la emergencia. Si yo tenía tanto poder ¿por qué no hice entrar a la madre de mis hijos, que es empleada doméstica?. Mi hija vende productos de Avon y dos veces por semana da clases en un gimnasio en la localidad de La Cumbre”, ejemplificó.
Solo pidió disculpas porque, por su trabajo, muchas veces no pudo estar para su pareja o para sus hijos.
La última palabra de la familia de Luana
Cristina Caminos, mamá de Luana, declaró que antes de que su hija muriera le tomó la manos a Nayi y le pidió que se haga justicia: “Este viejo me arruinó la vida”, contó.
Luego, en un móvil de Canal 10, Cristina indicó que la última palabra de Concha sólo le dejó “más tristeza”. «Mostró su personalidad, narcisista. Habló solamente de él. En ningún momento tuvo el más mínimo arrepentimiento de lo que ha hecho».
Cristina y su familia dijo que esperan “perpetua”. Sobre el pedido de 20 años del fiscal señaló que “se acercó mucho” a lo que ellos reclaman aunque “para nosotros ninguna condena es suficiente, yo quisiera tener a mi hija de nuevo y no la voy a tener por eso pido una condena ejemplar parta que no vuelva a pasar y se acabe el abuso de poder”.
La muerte de Luana
La agresión generó en la víctima un sufrimiento psíquico permanente, que derivó en dos intentos de suicidio ocurridos pocos días después de la agresión sexual. El grave daño psíquico que presentaba la damnificada motivó su inmediata internación en una clínica de salud mental.
Pocos meses después del presunto abuso sexual con acceso carnal, Luana Ludueña se ahorcó en un predio ubicado en la ciudad de Río Segundo. Esta autoagresión no provocó su muerte inmediata, sino que la víctima perdió su vida el día siguiente, 21 de enero de 2022, en el Hospital San Vicente de Paúl, de la ciudad de Villa del Rosario, donde había sido derivada para su atención.