A nueve años de la primera marcha, miles de mujeres se concentraron frente al Congreso. El pedido de justicia por el triple lesbicidio en Barracas y la denuncia por el vaciamiento de los programas orientados a prevenir, atender y proteger a mujeres y diversidades en situación de violencia fueron las demandas principales
“Frente al odio y la crueldad de este Gobierno, nosotres seguimos organizades, tejiendo redes que nos sostienen. Como hace nueve años, cada 3 de junio, volvemos a decir: Ni una Menos”, así finalizaba la lectura del documento, en el que se exigió justicia por las víctimas de femicidios.
Cabe recordar que Mercedes Roxana Figueroa, Pamela Fabiana Cobos –ambas de 52 años– y Andrea Amarante –de 42– fueron víctimas de un crimen de lesboodio a principios del mes pasado. El trágico hecho se desencadenó en un hotel familiar del mencionado barrio porteño luego de una discusión con un vecino, Fernando Barrientos, de 67, que intentó suicidarse tras el ataque y luego fue detenido.
Cifras alarmantes
“Con esta marcha, también buscamos denunciar las políticas de hambre que implementa este Gobierno sobre las trabajadoras de la economía popular y seguir haciendo visible que los femicidios crecen. En este contexto, el Gobierno desmanteló las principales políticas públicas con perspectiva de género, además de negar la figura de femicidio”, añade la militante. “Tenemos muchísimos motivos para salir a la calle porque estamos en un escenario de retroceso de derechos de las mujeres”, sostiene.
Respecto de las cifras de femicidios en el país, según el informe del Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, que dirige La Casa del Encuentro, desde el 1° de enero al 30 de abril de este año se produjeron 92 femicidios de mujeres y niñas, un transtravesticidio y 8 femicidios vinculados (de varones adultos y niños, pero con el fin de dañar o castigar a una mujer). En total, 101 víctimas, el 59% asesinadas en sus hogares y 64% asesinadas por sus parejas o exparejas. Las provincias con mayor cantidad de femicidios en términos absolutos fueron Buenos Aires (36), Santa Fe (9), Misiones (6) y Mendoza (6).
¿Cómo nació el 3J?
En la madrugada del domingo 10 de mayo de 2015 fue asesinada Chiara Páez, una adolescente de Rufino de tan solo 14 años, a quien su novio de 16 la mató a golpes y la enterró en un pozo. Chiara estaba embarazada y su novio no quería que siguiera adelante con su embarazo.
Luego del crimen, Manuel Mansilla llamó a la mamá de Chiara para despistar a la familia y a la Justicia y en medio de otras mentiras participó de la búsqueda de de la adolescente.
Ya era el domingo 10 a la tarde cuando encontraron el cuerpo de Chiara enterrado en un pozo en el patio. Al mediodía y en ese mismo patio, la familia de Mansilla había comido un asado. La familia de Chiara nunca creyó que el adolescente pudo haber hecho todo solo, especialmente porque Chiara medía un metro setenta y pesaba setenta kilos, es decir, era más alta y pesaba más que su novio.
“Cuando hicieron la reconstrucción, Mansilla no pudo levantar solo y arrastrar a alguien de esa contextura. No lo pudo hacer con una persona viva, menos pudo haber levantado solo un cuerpo muerto”, cree que Verónica, la mamá de Chiara.
Así nació el #NiUnaMenos
La noticia copó los medios el lunes por la mañana. Ese mismo 11 de mayo, la periodista Marcela Ojeda escribió un tuit: “Actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales … mujeres, todas, bah.. no vamos a levantar la voz? NOS ESTÁN MATANDO”. Otras periodistas se sumaron rápidamente, entre ellas, Hinde Pomeraniec -hoy editora jefa de la sección Cultura de Infobae– que respondió: “Estamos de luto es una gran consigna. Tenemos Ni una menos, también”.
El de Chiara era el femicidio que rebalsaba el vaso, un punto de inflexión para un movimiento que venía creciendo en cada Encuentro Nacional de Mujeres y que, tres semanas después, se volvió un reclamo masivo.
Todos los días había un femicidio nuevo: según las estadísticas de La casa del Encuentro, 295 mujeres habían sido asesinadas en 2013; 277 en 2014 y ese mismo 2015, Chiara fue una de las 286 mujeres asesinadas en Argentina. El primer #NiUnaMenos fue un grito colectivo para terminar con las violencias contra las mujeres, colmó la Plaza de los dos Congresos, se replicó en 80 ciudades de Argentina y se extendió por distintos países del mundo. Así nació el movimiento #NiUnaMenos.
Mientras en la ciudad de Buenos Aires se gestaba un movimiento histórico, Verónica recorría 100 kilómetros hasta Venado Tuerto, a donde habían llevado el cuerpo de su hija. “Me habían dicho que íbamos a tener que velarla a cajón cerrado por las condiciones en las que estaba pero yo necesitaba verla”.
Verónica entró junto a su hermana, el padre de Chiara y un sacerdote. Furioso, el padre de Chiara propuso velarla a cajón abierto “para que todo el mundo viera la barbaridad de lo que le había hecho”. Con tal de verla un rato más, Verónica aceptó aunque sólo pudieron mantener el ataúd abierto durante unas horas.
En septiembre de 2017, Manuel Mansilla fue condenado a 21 años y medio de prisión. La madre de Mansilla y su pareja, la abuela y su marido no fueron juzgados aunque tuvieron que irse de Rufino.
“Los comerciantes no los dejaban entrar, pusieron fotos de ellos en las vidrieras, la gente les gritaba cosas. En la primera marcha que hubo acá en Rufino para pedir justicia, vi que andaban camionetas con bidones de nafta. Por suerte no se llegó a nada grave. Yo siempre pedí que reclamáramos justicia pero sin generar más violencia, no transformarnos en bestias como ellos”, se despide.
Fuentes: Diario La nación e Infobae