Fuente: La Nación
Con resignación, las generadoras de electricidad y las productoras de gas aceptaron cobrar la deuda de Cammesa de $600.000 millones en total con un título público que cotiza al 50%
El ministro de Economía, Luis Caputo, logró su cometido. Con cierto malestar, las empresas generadoras de electricidad y las productoras de gas terminaron aceptando la propuesta del Gobierno de pagarles los montos adeudados de diciembre y enero con un bono que vence en 2038 y cotiza hoy en el mercado a la mitad de su valor nominal. En consecuencia, las empresas al recibir este bono sufrirán una quita de sus ingresos en los balances, pero el Tesoro mantendrá inalterable el equilibrio fiscal.
Las primeras en dar el brazo a torcer fueron las empresas multinacionales AES y Enel, la italiana dueña de Edesur. La aceptación de la estadounidense AES fue la que más sorpresa generó, por la fuerte crítica que había realizado el presidente y CEO de la filial local hace unas semanas. “Se decidió no respetar un contrato y hacer el pago con una quita. Eso es una señal muy mala”, había dicho Martín Genesio.
El ejecutivo incluso contó que el reclamo se canalizó a través del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pese a todo, el ministro Caputo, apodado “chanchito de yeso” por el presidente Javier Milei, se mantuvo intransigente.
Las principales generadoras del país se adhirieron hoy a la oferta, al límite del plazo que había impuesto el Ministerio de Economía. Con resignación, Central Puerto (cuyos accionistas son Guillermo Reca y Eduardo José Escasany), Pampa Energía (de Marcelo Mindlin) y Genneia (Jorge Brito) acordaron con Cammesa, la compañía con control estatal a cargo del despacho de energía eléctrica, cobrar la deuda con el bono AE38. En total, el Tesoro pagará $600.000 millones con deuda en dólares que vence en 14 años.
La alternativa para las empresas era peor, admiten en el sector. Significaba perder tres meses de ingresos, ya que Caputo había atado el pago de febrero a la aceptación de la propuesta (cobrar diciembre y enero con el bono), y comenzar un largo juicio contra el Estado.
“Eso fue una extorsión, porque podemos estar dos meses sin cobrar, pero tres meses pone en jaque la viabilidad del negocio”, dijo un ejecutivo en reserva, quien admitió que la relación con el ministro quedó golpeada.
Hasta último momento, las empresas buscaron acercar propuestas de negociación al Palacio de Hacienda, pero Caputo se mantuvo firme en su postura. El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, se corrió del centro de discusión y se concentró en defender el proyecto de ley Bases en las sesiones del Senado.
“100 pct de adhesión a la propuesta de cancelación de deuda de Cammesa correspondiente a las facturas de diciembre y enero. Cabe resaltar la buena predisposición de los empresarios del sector que, entendiendo la situación heredada, adhirieron a la propuesta. El sector energético, que ya mostró un superávit comercial de 2400 millones de dólares en el primer cuatrimestre del año, tiene un enorme potencial en nuestro país, con un superávit proyectado de 25 mil millones de dólares para el 2030 (sic)”, dijo el ministro de Economía en la red social X.
Caputo ya había mandado una señal a las empresas en una de las exposiciones que brindó en la Bolsa de Comercio. “Si los empresarios apoyan este cambio no solo con el voto, sino con acciones e invierten, la economía va a crecer, vamos a recaudar más, tener superávit y bajar impuestos”, había dicho.
Ninguna empresa quiso quedar apuntada por el ministro y el Presidente como la responsable de un hipotético traspié económico. Por eso, pese a masticar bronca, aceptaron la oferta. “Quedó un sabor amargo en el sector”, dijeron en una de las generadoras.
“La relación quedó muy golpeada. Caputo fue muy agresivo con la oferta y no quiso dar marcha atrás para que no parezca que las empresas le estaban dando el brazo a torcer. Fue muy intransigente en su posición. Esto no fue gratis”, agregaron en otra empresa.
“Había otras alternativas menos agresivas y que no modificaban la situación fiscal de corto plazo del Tesoro. Hubo contraofertas hasta último momento”, señaló otro ejecutivo.
Además de las empresas mencionadas, también aceptaron la propuesta YPF e YPF Luz, Albanesi, Pan American Energy (PAE) y MSU Energía, entre otras.
Del total de los $600.000 millones, $360.000 millones corresponden a las generadoras eléctricas y $240.000 millones a los productores de gas, a los cuales Cammesa les compra el insumo para abastecer a las centrales térmicas.
Durante los primeros meses del año, Caputo aplicó un fuerte ajuste en el gasto, al recortar partidas y frenar pagos. En la jerga financiera se dice que se “sentó sobre la caja”. No solo redujo a cero las transferencias a las provincias y para obra pública, sino que acumuló un stock de deuda con varias empresas privadas, a las que luego les ofreció el bono.