El titular de Manfrey analizó el contexto nacional de caída general del consumo y las posibilidades a futuro para la industria lechera a nivel global.
El presidente de Manfrey, una de las principales empresas lácteas de la Argentina, Ércole Felippa, analizó el difícil contexto actual del sector y del país en general, marcado por una abrupta caída del consumo masivo provocada por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
El empresario consideró que la industria lechera está sufriendo en 2024 consecuencias de la sequía y de medidas que se tomaron en 2023, pero de todas maneras destacó que el sector tiene un enorme potencial que solo se explotará si se ordena la macroeconomía nacional.
“Obviamente el sector no es ajeno al escenario macro en el que estamos insertos. De todos modos, siempre esta actividad tiene sus particularidades, por ahí influyen aspectos propios del sector que tienen que ver con el comportamiento del mercado. Si nosotros analizamos lo que nos viene pasando en los últimos años como sector y fundamentalmente lo que fue el año 2023, que además de padecer una sequía sin precedentes, se han tomado una serie de medidas que han impactado de lleno sobre el sector. Por ejemplo, la implementación de los dólares especiales, eso hizo que los insumos principales para producir leche tuvieran un impacto directo sobre la estructura de costo de los sistemas de producción”, expresó Felippa a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Al tiempo que profundizó el concepto: “Si vemos todas estas cuestiones que ocurrieron en el 2023 y observamos lo que pasó con la producción, claramente la caída de ese año fue muy baja en función de todos los elementos objetivos que afectaron sobre el sector. Ahora, obviamente lo que hoy nos está pasando es que el 2023 nos está pasando la factura con una caída importante en la producción. Si nosotros analizamos qué pasa a nivel de producción primaria, estamos en un 17% menos de leche de lo que se produjo el año anterior”.
“Y a eso hay que sumarle la estacionalidad, que es una cuestión propia del sector. Estamos atravesando los meses de menos producción. Entonces, obviamente que ante una oferta tan baja, de alguna manera genera tensiones en el mercado”, agregó el presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL).
Haciendo un análisis técnico de lo sucedido en los primeros meses del gobierno de Milei, Felippa consideró que “esas tensiones también tienen que ver con que los beneficios adicionales que de alguna manera dio la devaluación de fines del año pasado del actual gobierno, hoy prácticamente está diluida por el aumento que hubo de los costos. Entonces, yo diría que es un sector que tiene un potencial enorme, que es un sector que tiene grandes posibilidades, pero obviamente ningún sector productivo tiene posibilidades de éxito en un país donde la macroeconomía está desquiciada. Y bueno, en ese sentido el actual gobierno, está tomando medidas que tiendan a ordenar esa macroeconomía”.
“Ahora, esas medidas, también es cierto, generan tensiones. Y dentro de esas tensiones, una de las principales cuestiones es que hay una pérdida enorme del poder adquisitivo de los consumidores, y eso se ve reflejado no solamente en la caída de consumo de productos lácteos, sino en la caída general de consumo. Por me parece que lo que hay que plantear es primero es ordenar la macro, pero no hay que olvidarse de la micro.
Aquellas cuestiones que tienen que ver con la producción, con el empleo, con las posibilidades de generar mayor volumen de exportaciones para obtener de manera genuina las divisas necesarias que necesitamos como país, y una serie de aspectos que, vuelvo a repetir, tienen que ver más con la micro que con la macro”, agregó.
Cómo afecta la caída del consumo
Felippa reconoció que la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores repercute en cambios en los hábitos alimentarios y explicó que si bien Argentina en promedio está en buenos niveles de consumo de lácteos, hay una gran parte de la población con deficiencias.
“Indudablemente que cuando hablamos de alimentos lácteos es el más básico de los alimentos y lamentablemente no es que se pueda reemplazar. Hay un deterioro en la composición de la canasta básica en cuanto a que esa pérdida del poder adquisitivo hace que un sector importante de la población esté por debajo de los índices aconsejables. Más allá que cuando analizamos el promedio de consumo de lácteos en la Argentina sigue siendo bueno, pero también cuando hablamos de promedios, eso significa que hay un porcentaje de la población que sigue consumiendo de manera normal y hay una cantidad importante de gente que no tiene acceso a esos alimentos”, explicó.
Y agregó: “Por eso me parece que cuando uno analiza datos estadísticos no hay que hacerlo con la frialdad de las cifras sino teniendo en cuenta estas cuestiones y que hoy hay una cantidad importante de argentinos que no están teniendo acceso a alimentos básicos y cuando hablamos de los lácteos, si bien el promedio de productos convertidos en leche da alrededor de un 16-17% tenemos rubro el rubro de quesos o flanes y postres que la caída es mucho mayor. En leche fluida la caída es bastante inferior, ahí estamos hablando de un 7-8%”.
El futuro del sector
El empresario habló de las proyecciones globales para el sector, cuya demanda crecerá enormemente en los próximos 20 años de la mano de un aumento poblacional sin precedentes.
“El otro día justamente el Rabobank, que es un banco que precisamente hace estudios pormenorizados de las distintas carreras productivas, publicó un informe en donde precisamente analiza el sector. Dentro de ese estudio está que en los próximos 20 años la población mundial va a crecer aproximadamente en mil millones de personas y que además hay un crecimiento individual del consumo de proteínas lácteas, eso significa que en los próximos 20 años va a haber un crecimiento de la demanda de aproximadamente 35 millones de toneladas, eso equivale casi a lo que consume Brasil solo en un año”, asegura.
Y añade: “Entonces cuando se realizan estos datos la pregunta que nos debemos hacer es quiénes van a ser los países que estén en condiciones de poder abastecer esa mayor demanda y en ese sentido claramente aparecen los países que están en condiciones de poder producir a menores costos, estamos hablando de Oceanía y Sudamérica. Tanto Australia como Nueva Zelanda ya tienen serias limitaciones de tipo ambiental, de tipo productivo, con lo cual ya están prácticamente cerca del techo”.
Y ese sentido destacó: “Creo que es una gran oportunidad para Argentina, Uruguay y Sur de Brasil, independientemente de la situación coyuntural que le toca vivir a Brasil como consecuencia de las inundaciones en el estado de Rio Grande. Pero también es cierto que para aprovechar esa oportunidad debemos nosotros internamente como cadena hacer los deberes que tenemos que hacer para que realmente la cadena esté ordenada, resolver cuestiones estructurales que llevan mucho tiempo y que de alguna manera son esas cuestiones las que impiden el crecimiento de un sector. Por otro lado vemos en cada lugar del interior donde hay una industria láctea hay mayor desarrollo económico, hay mejor distribución de la riqueza, empleo genuino de calidad, hay un montón de otros aspectos que me parece que es fundamental. Es una actividad que genera un efecto derrame que muy pocas actividades lo pueden hacer. Entonces de ahí la importancia de darle al sector las herramientas necesarias para que realmente pueda aprovechar todo ese potencial”.
Felippa finalizó advirtiendo: “Hoy la tecnología de inteligencia artificial, robótica, vemos que está disponible. Ahora, no es solo tecnología, la tecnología es una herramienta importantísima, pero si nosotros enfocamos únicamente en esas perspectivas y no resolvemos las cuestiones estructurales, corremos el riesgo nuevamente de equivocarnos y no generar el resultado esperado”.