154 AÑOS DEL PRIMER GRAN FERROCARRIL ARGENTINO
A las 5.55 p.m. del 18 de mayo de 1870, el telégrafo transmitió desde la ciudad de Córdoba, la inauguración del Ferrocarril Central Argentino, línea de 396 kilómetros de longitud que tendida desde la ciudad de Rosario junto al Río Paraná, tuvo la distinción de ser la primera del interior y la más extensa de la República Argentina. Los impulsos eléctricos comunicando la noticia desataron grandes festejos en el País, que la aguardaba con una ansiedad similar a la que un año antes conmocionó a los Estados Unidos con la conclusión de su primer ferrocarril transcontinental.
Construido por el norteamericano William Wheelwright y la imprescindible asistencia técnica y financiera del gran empresario británico Thomas Brassey, su puesta en servicio fue trascendental porque significó un enorme avance en las comunicaciones y la actividad comercial, porque el trayecto que los trenes cubrirían en 14 horas, antes insumía a los pasajeros entre 4 y 5 días con coches de mensajerías y postas con infames comidas y alojamientos, y un promedio de entre 20 y 25 días para las cargas en carretas, en ambos casos circulando por senderos inseguros y plagados de peligros.
La trascendencia que tuvo el “Central Argentino” no se limitó al transporte. No había concluido su construcción cuando en 1869 la empresa se organizó para atraer inmigrantes desde Europa a fin de establecerlos en las colonias que se establecerían en torno a sus primeras estaciones; los primeros asentamientos se establecieron en Roldán y Carcarañá (mayormente con nativos de Suiza, Francia y Alemania) y también en Cañada de Gómez (mayormente procedentes de Gran Bretaña), siendo los núcleos iniciales de población y producción que luego se propagarían por el Sur de las provincias de Santa Fe y Córdoba, mediante la venta o arrendamiento de tierras y nacientes pueblos.
El “Central Argentino” pronto desató grandes avances. Iniciando en su estación Villa María (a 254 kilómetros de Rosario) en 1873 se inauguraría el Ferrocarril Andino con su primera sección hasta Río Cuarto, que dos años después se asomaría a Cuyo en Villa Mercedes (San Luis) y que en 1885 alcanzaría las ciudades de Mendoza y San Juan; por otra parte en 1872 comenzó desde la ciudad de Córdoba la construcción del Ferrocarril Central Norte, que en 1876 llegaría a Tucumán y durante la década siguiente a Salta y Jujuy.
Así, en un lapso de apenas veinte años se tendieron las principales arterias del sistema ferroviario argentino que desarrolló las economías regionales conduciendo al Litoral productos tales como vinos, azúcar, frutas, cal y otros que antes del Ferrocarril eran importados desde el extranjero por los bajos fletes marítimos y el alto costo del transporte terrestre; de la misma manera, el movimiento interno de viajeros aumentó exponencialmente por la drástica reducción de los tiempos de viaje y mayores comodidades, lo que fomentó la interacción entre los habitantes del País y el nacimiento de la actividad turística.
William Wheelwright falleció en 1873 sin haber podido lograr su sueño de que el Ferrocarril Central Argentino atravesara la Cordillera de los Andes para conectarse con el Ferrocarril de Copiapó a Caldera; sin embargo su proyecto se desarrollaría a lo largo de otras siete décadas, convirtiéndose en una de las empresas ferroviarias más importantes, con 6.000 kilómetros de líneas sobre el Centro-Norte de la República Argentina.