Fuente: El cronista.com
El 2024 encuentra a la Argentina con muchas novedades. Hace apenas dos meses asumió Javier Milei como presidente y vivimos desde entonces un torbellino de cambios, propuestas y debates; todo en el «modo vertiginoso» argentino. En materia energética ¿qué sabemos y qué esperamos? Vale la pena estar atentos, ya que la energía es uno de los sectores clave del país: cuando se regula mal causa severos problemas de déficit, pobreza y disponibilidad del servicio. O, por el contrario, puede ser vehículo de calidad de vida, crecimiento, trabajo y riqueza.
La energía no «es un problema», se transformó en eso elegimos muchos atajos y cometimos muchos errores en los últimos 20 años. Hay que cambiar la mentalidad y corregir errores: la energía para Argentina es una fuente enorme de oportunidades de trabajo, riqueza y divisas.
La Secretaría de Energía (SE) a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo, es una de las ocho del Ministerio de Economía. Comparte cartera con sus vecinas de Industria y Desarrollo Productivo; Minería; Agricultura, Ganadería y Pesca; Comercio; Política Económica; Hacienda y Legal y Técnica. En sintonía con la impronta del nuevo gobierno, el equipo de Energía busca reestablecer reglas claras y firmes, incentivar el mercado y la libre competencia allí donde sea posible y asegurar servicios adecuados. En ese sentido, se advierten dos líneas de trabajo.
El P.A.N. de la Secretaría de Energía para 2024
La Secretaría de Energía ya tiene un mandato específico y vigente. El DNU 70/2023 de «Desregulación de la Economía» en materia energética deroga limitaciones en la comercialización de combustibles, remuneración de ampliaciones de transporte eléctrico, financiamiento del sector eléctrico con fondos del Tesoro y beneficios especiales para la energía distribuida renovable. También prevé un nuevo régimen de subsidios energéticos.
Con menor visibilidad, pero mucha importancia, el DNU 55/2023 declaró el diciembre pasado la emergencia energética (gas natural y electricidad) por todo el 2024, ordenó renegociar contratos de licencia y concesión (alterados en 2002 y nunca adecuados), fijar tarifas acordes, intervenir los entes reguladores y autorizó a la SE a implementar «Programa de Acciones Necesarias» (P.A.N.) que ataque los graves y urgentes problemas que atraviesa el sector. Ese P.A.N. deberá establecer la sanción de precios en condiciones de competencia y libre acceso, asegurar ingresos estables que cubran necesidades de inversión, garantizar la prestación del servicio en condiciones adecuadas para usuarios y prestadores.
La situación de emergencia remite a una mala calidad del servicio, desfinanciamiento del sector, obsolescencia de activos, congestión en el sistema de transporte de gas y energía, generación insuficiente y riesgos de desabastecimiento; no admite dilaciones.
Se espera la presentación en sociedad del P.A.N. que incluirá entre otros: la reapertura del mercado eléctrico, la devolución a generadores de la gestión de compra de combustible y la comercialización de energía eléctrica junto con la normalización del sistema de precios en competencia y libertad (tanto de gas como de electricidad). A su vez, el retiro del Estado de roles ajenos a sus competencias naturales y legales, la libre contratación entre privados de energía, gas, su transporte y distribución, la exportación de gas y energía; entre otras cuestiones.
Hoy Argentina ocupa uno de los peores lugares en el Índice de Libertad Económica Mundial; en materia de energía no es la excepción. Con reglas razonables que liberen el sector, debería esperarse una muy favorable reacción. El sector espera estas novedades en un año que augura buenas noticias, con menores importaciones de GNL, nuevas inversiones para sortear la emergencia actual, asegurando gas y energía competitivos para el país y la región.
Otras reformas legislativas en Energía – convenientes pero no imprescindibles
Por otro lado, en la «Ley de Bases y Condiciones» que se debatía en el Congreso (llamada también «Ley Ómnibus») el Gobierno propuso adecuar y actualizar varias cuestiones. Fundamentalmente, la Ley 17319 (1967 – Onganía) para incluir actividades como almacenamiento e industrialización de gas y petróleo, fomentar inversiones, exportación y divisas pasando de un concepto de soberanía energética a uno de maximización de inversiones y renta, actualizar el deslinde de competencias entre Nación y Provincias. Entre otras cuestiones.
Es una buena propuesta legislativa. Pero en modo alguno su no aprobación impide avanzar en la normalización del sector. La muy mala gestión energética de los últimos 20 años, que nos llevó a déficit fiscal por 120 mil millones de dólares y subsidios por 174 mil millones de dólares, mayormente se hizo contra la ley. Aplicando las leyes vigentes, actualizadas con los DNUs recientemente sancionados y las reglamentaciones apropiadas, Argentina tiene asegurado un camino de crecimiento energético. La energía no puede ser en nuestro país un problema, es una fuente de trabajo, desarrollo, inversiones y divisas.
El 2024 puede ser un año bisagra para la energía argentina, con grandes oportunidades para recuperar el lugar que merece el sector en el país y en la región.