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La universidad pública advierte que sólo hay fondos “para tres o cuatro meses”

Las universidades enfrentan una crítica situación por la falta de fondos.

Al igual que todas las universidades nacionales, la UTN de San Francisco y la Universidad de Villa María estiman que tendrán problemas en su funcionamiento debido a que este 2024 contarán con el mismo presupuesto que en 2023.

La decisión del gobierno nacional de reconducir el Presupuesto 2023 para el presente año genera un lógico achicamiento de partidas producto del alza inflacionaria lo que implica serios inconvenientes para garantizar el normal funcionamiento de diferentes áreas del Estado nacional. Hay preocupación por las consecuencias que esto puede generar en el funcionamiento de las casas de altos estudios.

En este caso, las universidades están atravesando por un panorama bastante preocupante y un futuro inmediato muy incierto debido, precisamente, a la falta de financiamiento estatal.

San Francisco cuenta con dos exponentes de universidades públicas como son la Facultad Regional San Francisco de la UTN y la Universidad Nacional de Villa María a través del Centro Regional de Educación Superior (Cres).

En ambos casos, las principales autoridades de estos centros de formación universitaria coincidieron en señalar que los únicos fondos disponibles, que tienen que ver con cifras establecidas en 2023, sólo alcanzan para cubrir un tercio del total de las obligaciones por lo cual hay mucha incertidumbre sobre lo que pueda llegar a pasar en los próximos meses con la universidad pública.

LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con el decano de la Facultad Regional San Francisco de la UTN, Alberto Toloza, quien estimó que, al igual que todas las universidades nacionales, tendrán problemas en su funcionamiento debido a que este 2024 contarán con el mismo presupuesto que en 2023. 

Toloza advirtió que en las actuales condiciones en las que está hoy el sistema universitario estatal, “no hay un solo indicio que establezca garantías de funcionamiento de nuestra UTN”.

De hecho, entre las principales actividades que se verán afectadas por esta situación se destacan las becas de desarrollo, los encuentros deportivos, becas de iniciación docente, etc.

En números 

En el caso de UTN, a nivel nacional se tiene que financiar con los fondos incorporados en el Presupuesto de 2023, que ascendían a 49.800 millones de pesos para todas las facultades del país.

Toloza explicó además que “en este momento ni siquiera están reconduciendo el Presupuesto 2023. Esto significa que el sistema universitario tiene los fondos que se habían asignado en febrero del año pasado. Cuando se habla del presupuesto para las universidades públicas, lo único que estas tienen es el presupuesto anterior”.

“Al no haber un Presupuesto aprobado y tampoco una decisión de reconducción, sólo queda el Presupuesto anterior y en este escenario el gobierno les dice a las universidades: ‘quédense tranquilos que no les voy a tocar el Presupuesto’ cuando en realidad está designando fondos totalmente desfasados. Lo mismo ocurre con el resto de las organizaciones del Estado que están siendo tratadas bajo esta modalidad y hasta ahora, sin ninguna consideración de crecimiento o previsibilidad para los meses siguientes”, agregó el decano.

 

 

«El sistema universitario tiene los fondos que se habían asignado en febrero del año pasado, totalmente desfasados”

 

 

Toloza dijo que “el único acto explícito” que llevó adelante el gobierno de Javier Milei para con las universidades nacionales fue “una reunión paritaria donde expresó que daría un incremento salarial del 6 % para el mes de febrero junto a otro 10 % que había quedado pendiente de 2023”.

De cara al futuro inmediato, el decano de UTN San Francisco lo calificó de “incierto” ya que “no hay un solo indicio o decisión administrativa que diga que, a lo largo de 2024, vamos a tener un presupuesto que indique que vamos a poder funcionar de la manera en que lo hacíamos en 2023”.

 

 

Toloza y Negretti reconocieron que hay profunda preocupación por la situación presupuestaria que afrontan las universidades nacionales este año.

 

Toloza contó que en estos últimos días “en la universidad estamos recibiendo el primer impacto tarifario en cuanto a energía eléctrica, agua y demás servicios. Todo lo que hoy está ingresando como partida presupuestaria es pendiente del año pasado. Cuando en febrero ingrese el 16 % de incremento salarial, por primera vez, será porque de manera unilateral el gobierno decidió otorgar ese porcentaje de aumento de salarios a docentes y no docentes. El resto continúa cómo venía mientras que los costos y valores han cambiado totalmente y los tenemos que afrontar con lo que recibíamos a principios del año pasado”.

 

 

Para la Unvm hay fondos para tres o cuatro meses

Por su parte, el rector de la Universidad  Nacional de Villa María y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Académicos del Consejo Interuniversitario Nacional, Luis Negretti, alertó que  “con este presupuesto peligra toda la actividad de la universidad. La situación de colapso no va a ir más allá de mayo, cuando mucho”.

El entrevistado hizo foco en la actualización salarial de docentes y no docentes señalando que es una situación que “me preocupa mucho” porque “de no existir un acuerdo paritario que medianamente recomponga la pérdida del poder adquisitivo que perdieron por inflación, no tengo dudas que habrá medidas de fuerza”.

Igualmente fue más allá al señalar que en estos momentos “lo asignado con la reconducción del Presupuesto cubre entre el 20 y el 25 % de las necesidades de la universidad” por lo cual “si lo planteamos en términos de tiempo, la universidad tiene fondos para tres o cuatro meses” por lo cual dijo que “estamos haciendo recortes en distintas áreas, dejando sin efecto programas y actividades históricas para alargar un poco más esa agonía pero no hay posibilidades de reasignación de partidas que nos permita, aun siendo muy austeros, llegar más allá de mayo”.

 

 

“Con este presupuesto peligra toda la actividad de la universidad. La situación de colapso no va a ir más allá de mayo, cuando mucho”.

 

En su análisis, Negretti expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO que “hay cosas que no se pueden recortar” dentro de la vida universitaria, “los servicios públicos hay que pagarlos, lo mismo que los alquileres, el cuidado de los espacios verdes, la limpieza de la universidad, etc. Todo aumentó significativamente y por más que hagamos un ahorro férreo como lo estamos haciendo, este tipo de circunstancias nos llevan a que el presupuesto se agote significativamente”.

 

El impacto de declarar a la educación un servicio esencial

A pocos días de comenzar el ciclo lectivo en el país y en medio de las paritarias, el Gobierno anunció que evaluará declarar a la educación «servicio esencial» para la sociedad.

Negretti fue crítico de esta decisión señalando que “si lo que se busca es afectar el derecho constitucional a poder peticionar y coartar la posibilidad de que los docentes puedan hacer una huelga, creo que no tiene mayor sentido. Una declaración de esencialidad en el acceso a la educación debería venir acompañada de ciertos gestos como la generación de una paritaria que brinde a los docentes alguna herramienta para seguir trabajando”.

“En el caso de los docentes universitarios que viajan a San Francisco, muchos van a pérdida porque al no tener una actualización salarial, prácticamente cambian el dinero o tienen que poner dinero de su bolsillo para trabajar ya que se deben enfrentar al impacto de la quita de los subsidios al transporte sumado a que no se aumentan los salarios haciendo inviable el desarrollo de la actividad”, comentó.

“La declaración de la educación como servicio esencial necesariamente tiene que ir acompañada por una apoyatura a quienes son los actores y actrices de ese sistema. Entiendo absolutamente la situación de mis colegas docentes, pero, aun así, en los diálogos que tenemos con las entidades gremiales nadie habla de paralizar la educación. Todos estamos convencidos de que la universidad pública tiene que seguir funcionando. No obstante, hay que reconocer que en este tiempo que va desde diciembre a esta parte el poder adquisitivo de la gente disminuyó más de la mitad y tiene que haber sí o sí una recomposición porque de lo contrario, para mucha gente se torna inviable”, concluyó Negretti.