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sábado, abril 27, 2024
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Obispo Stricklan, hoy destituído, recuerda que no se puede ordenar a mujeres como sacerdotes

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Mons. Joseph Strickland, Obispo de Tyler | Crédito: Peytonlow | Wikipedia (CC BY-SA3.0)

Mons. Joseph Strickland, Obispo de Tyler en Texas (Estados Unidos), publicó el martes una carta pastoral en la que afirma que la Iglesia Católica no tiene “autoridad alguna” para ordenar sacerdotisas o diaconisas, una declaración que, según el Prelado, busca responder a posibles debates en el próximo Sínodo de la Sinodalidad, que se realizará en octubre en el Vaticano.

El Obispo publicó la carta como una continuación de su documento pastoral de agosto, en el que advirtió de los intentos de “presentar una alternativa al Evangelio de Jesucristo”, e instó a los católicos a “permanecer firmes en las enseñanzas perennes de la fe”.

En su misiva de septiembre, Mons. Strickland reitera que Cristo “es el único camino hacia la vida eterna” y que “no se puede encontrar otro camino hacia la salvación”. Posteriormente, advierte de que algunos intentan “reducir o destruir por completo el depósito de la fe” de la Iglesia Católica.

Tras señalar que la ordenación de mujeres “será al parecer un tema de debate en el próximo Sínodo sobre la Sinodalidad”, Mons. Strickland hace notar que a lo largo de los siglos la Iglesia siempre ha sostenido que sólo los hombres pueden ser ordenados sacerdotes.

La primera fase del Sínodo de la Sinodalidad se inauguró en octubre de 2021. Al final de las etapas diocesanas y continentales se llevarán a cabo dos asambleas en el Vaticano: la primera, del 4 al 29 de octubre de 2023, y la segunda en octubre de 2024.

“La Sagrada Tradición y el Magisterio Ordinario de la Iglesia han afirmado a lo largo de los siglos que la Iglesia no tiene autoridad alguna para ordenar mujeres como sacerdotes”, afirma el obispo. “Esto no se puede cambiar, porque Cristo instituyó un sacerdocio masculino para representarse a sí mismo como el esposo y a la Iglesia como su esposa”, continuó el Prelado.

Mons. Strickland cita asimismo a San Juan Pablo II, quien escribió en su carta apostólica Ordinatio sacerdotalis  de 1994, que la Iglesia no puede “conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres”, y que esta conclusión ha de ser “sostenida definitivamente por todos los fieles de la Iglesia”.

Al abordar la posibilidad de que haya diaconisas en la Iglesia, Mons. Strickland destaca lo que era la diferencia histórica entre las “importantes funciones de servicio” que muchas mujeres desempeñaron en la Iglesia primitiva y el oficio específico del diaconado ordenado recogido en los Hechos de los Apóstoles.

“Dado que los diáconos ordenados sacramentalmente comparten el ministerio apostólico con sacerdotes y obispos, la Iglesia ha decretado que también deben ser hombres, como lo fueron los Apóstoles que Jesús eligió”, escribe el Obispo de Tyler.

La portavoz diocesana Elizabeth Slaten compartió ayer con CNA —agencia en inglés de EWTN News— que el documento “era simplemente una carta general que (el Obispo) había estado considerando durante un tiempo”.

El Prelado señala casi al final de su carta que, aunque la Iglesia en sí es santa, “también está formada por miembros pecadores que son llamados constantemente al arrepentimiento y a la conversión”.

¿Quién es Mons. Strickland?

Muchos conservadores estadounidenses aprecian su franqueza y su firme defensa del no nacido, del matrimonio, de la liturgia tradicional en latín y de la ortodoxia católica. Comparte sus puntos de vista y comentarios con más de 139 mil seguidores en la red social X (antes Twitter).

Al frente de la diócesis de Tyler desde 2012, ha enfrentado críticas por lo que algunos ven como publicaciones desmedidas e impropias de un obispo en redes sociales, como el tuit del 12 de mayo en el que aseguró que el Papa Francisco estaba «socavando el depósito de la fe».

Mons. Strickland se vio envuelto en la controversia a principios de este año después de haber sido objeto de una investigación dirigida por el Vaticano, conocida como una visita apostólica, a raíz de varios incidentes polémicos.

También negó haber cometido ningún delito tras la investigación. Admitió que el proceso “no fue divertido”, aunque siguió denunciando lo que, según él, eran intentos de socavar la fe católica. “Lo triste es que demasiada gente está llevando un mensaje falso que es dañino para el mundo y para el cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia”, agregó.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.