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viernes, mayo 3, 2024
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Con 75 años y de la mano de su nieto, Norma correrá la media maratón de San Francisco

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Fuente: https://el-periodico.com.ar/local/con-75-anos-y-de-la-mano-de-su-nieto–norma-correra-la-media-maraton-de-san-francisco_a6505c7606591209a10a714de

Norma Lucero y Jonathan Barberis tienen una relación muy especial. Tiempo atrás él la invitó a una carrera y ella se apasionó con el deporte. Ambos protagonizan una historia particular que se reeditará en San Francisco.

Encontrar a personas como Norma Lucero, que pueden inspirar a otras, siempre es una buena ocasión para contar muchas historias que se hacen una sola. La mujer vive en la ciudad de Las Varillas, se confiesa amante de las plantas, de salir al patio, ir al campo y correr.

Y en eso último empieza la historia que la tiene como protagonista porque el próximo 1 de octubre vendrá a nuestra ciudad al “San Francisco Corre”, evento tradicional de media maratón que convocará a unas 1500 personas competidoras.

Durante la charla dijo a El Periódico que ese día era su cumpleaños, el número 75, así que como muchas personas de su edad está jubilada. Sin embargo, ella trabajó toda la vida porque primero crió a sus hijos y también – desde bebé – a Jonathan Barberis, su nieto de 25 años.

El chico es el segundo personaje importante de la historia porque fue quien inspiró a la mujer a empezar a correr hace unos años y también la acompañará al certamen que es un clásico de San Francisco.

Correr se volvió parte de la vida de Norma hace ocho años y desde entonces no importa el momento porque en su rutina esta práctica está presente. “Me levanto a la mañana temprano, desayuno y me voy a caminar, a correr un poco. Vuelvo, me preparo para tomar unos mates, descanso y así. Esa es mi vida de todos los días. Cocino, hago los mandados, no estoy quieta nunca”, relató.

Inicios

Norma reconoce que toda la vida fumó, era muy chica cuando llevó un cigarrillo a su boca y se transformó en un hábito que la acompañó muchos años. “Fumaba porque cuando uno es joven se cree que todo es lindo y está bien, pero no es así”, confesó.

Sus años de fumadora le pesaron, lo mismo que el mal de Chagas y un pequeño problema de su corazón. Pero hubo un día que sintió algo diferente, algo que le cambió la vida.

Todo sucedió hace casi ocho años cuando una de sus hijas fue mamá. Ella viajó a Buenos Aires a conocer a su nuevo nieto y allí estaba también viviendo Jonathan.

“Mi nieto hace muchos años que corre, tiene un montón de medallas, él empezó después de un accidente y logró salir adelante. Jonathan se preparaba para una carrera en Merlo, provincia de Buenos Aires, me invitó para que lo vaya a ver. En ese momento yo caminaba una cuadra y me tenía que sentar a donde fuera porque no podía respirar”, recordó.

Imposibilitada de participar se decidió a asistir como espectadora y en ese momento le preguntó: “¿Podré caminar en vez de correr? Y él me dijo que sí, así que dije que iba a caminar”.

Promesa

La hija de Norma le prestó todo el equipo, zapatillas para correr, camiseta térmica, calza, campera. Cuando la vio prepararse, Jonathan, que sabía bien cómo es su abuela, le recordó que se inscribiera para caminar.

“Mi nieto me dijo, Nona, ‘yo voy a estar preocupado’. Vos no corras, caminá porque yo voy a estar preocupado por vos y no voy a poder correr’”, rememoró sobre aquel diálogo.

Ella se lo prometió, pero en su interior sabía que no podría cumplir ya que había algo más importante que la llamaba. Se acercó a una carpa donde se hacía un control médico previo y preguntó si estaba bien de salud, si podría correr.

Fui y me anoté, pero para los 10 kilómetros y mi tiempo fue de 1 hora 44 minutos. Tengo todos los recuerdos de ese día, la camiseta, mi primera medalla, anoté el tiempo, todo”, aseguró feliz.

Antes de esa gran aventura confiesa que le dijo a Dios que si lograba ese primer objetivo cambiaría su vida para siempre. “Prometí que iba a dejar de fumar en ese mismo momento y así fue. Llevo ese tiempo sin hacerlo y mi médico dijo que mis pulmones están como si no lo hubiera hecho nunca”, expresó contenta.

Como si fuera poco y faltaran detalles que agregar, Norma –quien desborda simpatía- comentó al pasar que seguramente ese fin de semana venga en moto a San Francisco, pero sin duda el momento más lindo será cuando se abrace con Jonathan al cruzar la meta.