Tras el nuevo rechazo de la propuesta salarial de la Provincia y luego de que el Gobierno dictara la conciliación obligatoria, el secretario general de UEPC, Juan Monserrat compartió su lectura sobre las instancias y perspectivas de la negociación paritaria.
¿Cuáles son las razones de este nuevo rechazo a la propuesta salarial del Gobierno? 
JM: Creo que la propuesta del gobierno fue rechazada por tercera vez porque está claro que no alcanza la meta que nos hemos propuesto todos los docentes de Córdoba y que es que el salario inicial del maestro de grado jornada simple se aproxime a la canasta básica. A su vez, apareció en toda esta discusión que esa decisión de llegar a la canasta básica no alterara ni la escala jerárquica ni la escala de antigüedad. Entonces había una cuestión que no estaba totalmente clara, porque se hablaba solamente de que ningún docente tenía que estar por debajo de la canasta básica pero en el devenir del conflicto y de la discusión en cada una de las asambleas provinciales, departamentales y por escuela apareció fuertemente que el piso salarial debería corresponderse con el resto de la escala de antigüedad y la escala jerárquica. Si bien la propuesta tiene elementos que podían ser de interés, como por ejemplo las cláusulas de garantía, cláusulas de revisión o cláusulas gatillo que automáticamente aumentan el salario por encima de la inflación en los meses sucesivos, el tema del FONID en los jubilados que para nosotros es muy significativo y el acortamiento del diferimiento de 60 a 30 días, el problema central que tiene la propuesta, y que es precisamente la razón por la cual entramos en conflicto, es el nivel salarial del sueldo de bolsillo del cargo de referencia en relación con la canasta básica.
 
¿Cómo analizás el momento actual del conflicto? ¿Cuáles son los malestares profundos que atravesamos los docentes?
JM: La UEPC tiene una virtud muy grande que es poner en discusión absolutamente todo y es permeable a todos los debates que se dan las escuelas, los que tienen que ver con los salarios, que son el emergente visible de la convocatoria y de las asambleas, y también con los temas vinculados a las condiciones de trabajo y a las formas de trabajo. Ahí, evidentemente hay un malestar muy fuerte dentro de la escuela, que viene, entre otros motivos, por la situación económica general, por la violencia que hay en la sociedad y por un cambio societario muy significativo devenido después de la pandemia, que tiene que ver, también, con lo vincular, lo comunicacional en las redes y otros modos de construir sentidos y ciudadanía. A todo esto se suma una serie de malestares con el gobierno provincial que, recordemos, realizó una reforma jubilatoria muy lesiva para la docencia, en medio de un momento tan complejo como la pandemia. Hoy tenemos la peor jubilación docente del país. Como se suele decir, hay momentos en que se acumulan todos los malestares y resultan en situaciones muy difíciles para todos.
 
¿Qué podés comentar de las demandas de algunos sectores de la docencia de un mayor porcentaje de aumento en una sola cuota?
JM: La demanda del aumento en una sola cuota es prácticamente imposible si uno tiene una actitud de buscar una negociación por la vía del consenso, apelando incluso a medidas de fuerza. Por definición en un proceso de negociación nunca se logra todo lo que se demanda. En este sentido nosotros hicimos 8 días de medidas de fuerza: cuatro vinculadas con el tema salarial, una vinculada al Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y habíamos decretado tres días más de paro. Me parece que la demanda de 250.000 pesos al básico y todo junto se parece más a no querer lograr ningún acuerdo y continuar en permanente conflicto. De todas maneras, creo que es importante dejar en claro que si bien esto puede ser tomado por algunos sectores docentes -que quizás ven en el conflicto una oportunidad electoral- lo que prima en la mayoría de la docencia es la racionalidad. Seguir demandando mejoras pero también buscando la solución a este conflicto para poder volver a nuestra tarea con la que estamos tan comprometidos, con las mejores condiciones salariales y laborales posibles.
El Gobierno informó que dictó conciliación obligatoria. ¿Qué implica? 
JM: Con la conciliación obligatoria el Gobierno Provincial está obligado a mejorar la última oferta y a no descontar días de paro. Tendremos que resolver el tema de los días descontados y, a su vez, la UEPC no puede aplicar medidas de fuerza. Este clima negocial lo hemos experimentado en otras negociaciones de conciliación obligatoria. Es necesario escucharnos, necesitamos debatir sin la tensión de que el gobierno nos esté castigando y que nosotros estamos dejando sin clases a los chicos como consecuencia de una decisión legítima de querer que nuestros salarios alcancen a cubrir los costos de los bienes básicos de existencias y pago de servicios. Vamos a acatar la conciliación obligatoria. Así como respetamos los mandatos y todo el funcionamiento interno de la orgánica del sindicato también vamos a respetar las leyes y regulaciones laborales vigentes. Nuestra conducción tiene claro el mandato de ir por más, pero también que el respeto de las regulaciones no puede ser puesto en discusión porque ello implica, en última instancia, desconocer las normativas que protegen al trabajador y al derecho social a la educación,  y eso es algo que no estamos dispuestos a hacer.