Damián “Peta” Bernarte fue baleado el 6 de noviembre. Un prestigioso odontólogo es el principal acusado. La Justicia reconstruyó el hecho minuto a minuto con cámaras de seguridad

El intendente de San Francisco fue baleado el 6 de noviembre El intendente de San Francisco fue baleado el 6 de noviembre

Primero fue un disparo, luego una acelerada y finalmente un grito desgarrador.

Damián “Peta” Bernarte, el intendente de San Francisco, Córdoba, se arrastraba por el asfalto del Boulevard 25 de Mayo de esa ciudad suplicando auxilio en la madrugada del domingo 6 de noviembre. Casi no podía hablar, porque el tiro que tenía en el costado derecho de su abdomen le quitaba la respiración. Cuando fue auxiliado, apenas pudo balbucear unas palabras. Alcanzó a decir que le habían disparado. “Fue el hijo de puta de Lucato”, dijo, y se desmayó.

Todos los que lo socorrían sabían de quien hablaba. El jefe comunal se refería a Carlos Lucato, el odontólogo más conocido y prestigioso de la zona. Esta secuencia, que casi termina con la vida del intendente, ya que aún se recupera del disparo, derivó en una investigación cuyo resultado develó una oscura historia de infidelidades, traiciones y secretos.

¿Por qué el odontólogo más prestigioso de la localidad intenta asesinar de un disparo al intendente en plena madrugada en una calle oscura?. La Justicia cree tener la respuesta.

Infobae accedió a un informe reservado de 92 fojas donde se detalla minuto a minuto lo que sucedió esa noche. Una reconstrucción que muestra una emboscada cuidadosamente planificada, un ataque brutal y el intento de armar una cortada en un boliche cercano.

El croquis generado en el expediente con la ubicación de las cámaras de seguridad El croquis generado en el expediente con la ubicación de las cámaras de seguridad

Para el fiscal Bernardo Alberione, no hay ninguna duda de lo que pasó. El odontólogo Carlos Lucato, de 52 años, según la acusación, espero durante tres horas al intendente Bernarte para asesinarlo. Esta la hipótesis principal del caso. El móvil oficial habla de “cuestiones personales”. Sin embargo, este medio pudo corroborar, de fuentes judiciales, que todo tiene que ver con una infidelidad.

Es que el intendente Bernarte habría tenido una relación amorosa con la actual esposa del odontólogo Lucato. La mujer en cuestión, es empleada municipal y trabaja cerca del jefe comunal. A ese dato, se le sumo uno aún más truculento en la historia. El intendente está casado y su esposa es amiga de la infancia de la mujer del odontólogo. Incluso, el mismo día del hecho, las dos mujeres habrían compartido un viaje espiritual al cerro Uritorco.

No es la única vinculación entre los matrimonios. La relación es de larga data, y hasta habría existido un vinculo comercial. Tanto Bernarte como su esposa y la mujer de Lucato, son abogados y habrían compartido un estudio jurídico años atrás que ya no existe.

La Justicia cree que estos fueron los motivos del ataque. Mientras el intendente aun se recupera de las heridas, y recién en las últimas horas pudo estar, por un breve lapso, en un acto oficial, la Justicia avanzó con la reconstrucción de lo que sucedió esa noche.

El odontólogo Carlos Lucato, acusado del intento de homicidioEl odontólogo Carlos Lucato, acusado del intento de homicidio

El informe de 92 páginas, elaborado por la Departamental San Justo de la Policía de Córdoba, muestra que a las 21.31 del sábado 5 de noviembre, el intendente Bernarte llega a un evento en el centro de la ciudad por el día del empleado bancario. En distintas cámaras de seguridad, se lo ve primero arribar en su camioneta Toyota Cross, luego estacionarla y finalmente pasar caminando en dirección al Super Domo, lugar donde se hizo la celebración.

Una hora y media más tarde, a las 22.59, llega a la zona un vehículo Hyundai modelo i10, se puede ver claramente la patente.

Es el auto de Carlos Lucato.

La impresionante cantidad de imágenes de seguridad recolectadas por el fiscal y la policía, muestran que, durante las siguientes dos horas y media, Lucato rondó la zona preparando el ataque. Fue una emboscada. El odontólogo se subió y se bajó de su auto varias veces, dio vueltas con él y lo mismo hizo a pie. Siempre se mostro encapuchado, aunque en algunas tomas se logró ver su rostro.

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Lucato camina por la zona y preparar el ataque Lucato camina por la zona y preparar el ataque

“Como dio vueltas en un mismo rango de algunas cuadras esperando a que salga el intendente, sus movimientos quedaron registrados en varias cámaras, incluso el momento en el que saca el arma y corre a disparar”, explica una fuente de la investigación.

Una de las imágenes claves para el expediente es la que se registró a las 23.36. Faltaban, aún, casi dos horas para el disparo. En esta cámara quedó registrado el rostro de Lucato con buena calidad: “Cámara 2 del local “Memory”, se observa pasar caminando a Lucato por la vereda Norte de Bv. 25 de Mayo con sentido Este/Oeste y dirigirse hacia calle Vélez Sarsfield.

En la cámara del local Occhi se le puede bien el rostro a Lucato”, dice el documento analizado por este medio.

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La cámara de seguridad clave donde se ve el rostro de Lucato La cámara de seguridad clave donde se ve el rostro de Lucato

Otro de los momentos claves expresados en el informe judicial, es el que quedó registrado en la cámara de un colegio de la zona a las 00.20. Lucato se esconde cerca del lugar del evento. Está esperando el momento. El documento describe sus movimientos: “se lo ve regresar desde el sector del Súper Domo y se queda en la entrada del colegio San Martin entrando y saliendo de esa parte del colegio como escondiéndose cada vez que pasa un grupo de personas y en un momento se lo ve manipular un celular. Se queda allí por 15 minutos”.

A las 2.13 exactamente Lucato se posiciona a pocos metros de la camioneta del intendente. No se descarta que alguien le pudo haber avisado desde adentro que estaba por salir. A las 2.23, el intendente Bernarte sale del evento y se dirige a su camioneta.

A las 23.24, Lucato observa al intendente pone en marcha el momento culmine de su plan: “El odontólogo recorre aproximadamente 25 metros y se esconde detrás de un auto que se encuentra estacionado unos 15 metros del Toyota del intendente. Mientras se encuentra agazapado, se lo ve que mira hacia el Sur por donde viene Bernarte y cuando este último quita la alarma del auto, Lucato se abre la campera y saca de la cintura con su mano derecha lo que parecería ser un arma de fuego corta”, establece el informe reservado casi sobre el final.

El momento en que Lucato corre hacia el intendente con la pistola en la manoEl momento en que Lucato corre hacia el intendente con la pistola en la mano

El resto de la escena no queda grabada por ninguna cámara de seguridad, pero puede completarse con la declaración que brindó el intendente cuando aún estaba internado: “El viene hacia a mí, me apunta y yo le bajo el arma con la mano por eso me da en el abdomen y no me mata”, afirmó.

El seguimiento de las cámaras continua. Mientras Bernarte se retuerce de dolor en el asfalto, Lucato se sube a su camioneta y desaparece del lugar. No va a esconderse precisamente. Todo lo contrario.

Con su vehículo va directamente a un boliche de la zona llamado Atlantis. Allí llega a las 3.31. Se cree que antes descartó el arma. En el local bailable está hasta las 6.15, cuando sale del lugar abrazado a una mujer.

Lucato sale del boliche lueog del intento de homicidio abrazado a una mujerLucato sale del boliche lueog del intento de homicidio abrazado a una mujer

El odontólogo Carlos Lucato llegó luego a su casa y fue detenido, minutos después de las 7 de la mañana. Desde el primero momento, y hasta ahora, niega ser el autor de los disparos. Su coartada, endeble hasta el momento, es que a esa hora estaba en el boliche y por eso se lo ve saliendo del lugar a la mañana. Sin embargo, no presentó, hasta ahora, ninguna prueba que lo respalde. En su indagatoria de la semana pasada se limitó a decir “Yo no fui”. Sin embargo, las pruebas los comprometen.

El odontólogo permanecerá detenido en la carcel de Bouwer hasta el juicio oral, acusado de intento de homicidio. La pena en expectativa puede superar los 15 años de prisión.