La Universidad Austral realizó un trabajo de investigación con jóvenes de entre 18 y 29 años, quienes consideraron al agro como “la mayor fuente de ingresos de divisas”, pero lo asociación también a otras cuestiones a las que prestan más atención que los mayores
El campo emprendió en las últimas décadas un proceso de transformación de sus modelos productivos con la adopción y desarrollo de tecnologías que lo llevó a un nivel de eficiencia sin precedentes en la producción de alimentos. Al mismo tiempo, hubo un considerable cambio en cómo la sociedad entiende y percibe al sector, en especial, las nuevas generaciones, que plantean conceptos que deben ser atendidos.
La Universidad Austral llevó adelante una investigación para tener una noción certera de la percepción de los jóvenes sobre el agro y los alimentos. Conformó 8 focus groups integrados por un total de 70 personas de entre 18 y 29 años, residentes en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Asimismo, los grupos fueron segmentados teniendo en cuenta el sector socioeconómico, el tamaño de la ciudad de residencia y el vínculo de los participantes con el agro.
Según los investigadores Damián Fernández y Silvina Di Giano, la hipótesis inicial del informe es que “una buena parte de los jóvenes tiene poca información sobre el agro, a la vez que poseen cercanía y sensibilidad con temas vinculados de hecho con el sector, aunque ellos no los asocien”. Por ejemplo, dentro de este rango etario se erigieron como preocupaciones cuestiones relativas al medio ambiente, al cuidado animal y a una nueva conciencia alimentaria
La investigación marcó que entre los llamados centennials emerge un concepto relacionado con la “alimentación consciente”: los jóvenes entienden que “lo que comemos afecta de manera directa nuestra calidad de vida, no solo en el aspecto físico, sino también en nuestras dimensiones emocionales y psíquicas”.
Esto lleva una mayor atención a la composición de los alimentos, una disminución del consumo de carne, pasando al vegetarianismo o al veganismo, una reducción del el consumo de alimentos “ultra” procesados, una varlización de lo ecológico, orgánico, y cuestionamientos a ciertas “verdades” de la industria alimenticia, lo que a su vez lleva a cuestionar, por ejemplo, los lácteos.
Más allá de estas inquietudes, los encuestados identificaron al agro como una marca-país. “Esta relación es visualizada por los jóvenes como histórica, estrecha, profunda e insoslayable. Para ellos es la actividad económica más importante, la mayor fuente de ingresos de divisas, por lo que se torna una actividad estratégica para el país”, subrayó Di Giano.
De la misma manera, el campo es considerado por los jóvenes como un gran actor en lo que concierne a la creación de empleo, aunque según de donde provenga el encuestado, la calidad de esos trabajos se percibe de manera diferente. Quienes no están vinculados al campo lo ven como un trabajo “sacrificado”, de baja calidad y precario, mientras quienes están relacionados con la actividad, con matices y diferentes niveles de tareas y remuneraciones, hablan de una “profesionalización” de esas labores.
Medio ambiente y trato animal
El impacto de la actividad agropecuaria en el medio ambiente y el trato que reciben los animales es una de las principales preocupaciones de los jóvenes y uno de los cuestionamientos de más peso al agro. La investigación consideró a estos temas como “nodales” en la construcción del imaginario de los centennials respecto al agro, lo cual “presenta algunos conflictos”. Los encuestados entienden que la actividad agropecuaria puede ocasionar sobre-explotación de los suelos, que conllevaría a un agotamiento e improductividad de los mismos, y el uso de agroquímicos, pues los preocupa su impacto en los suelos y las poblaciones cercanas al lugar donde se los utiliza, además del efecto que puedan tener en los alimentos que llegan a los consumidores.
Más allá de esta percepción, también observan que a partir del reclamo de los consumidores se empezaron a ver “cambios positivos, nuevas legislaciones y un cambio de paradigma entre los productores”. Una de las opiniones relevadas en el estudio destacó: “Empecé a notar que muchas empresas grandes empezaron a crear proyectos de capacitación, el uso correcto productos sanitarios, o agrotóxicos, para evitar consecuencias, para generar una buena práctica de los productos”
Respecto al trato animal en la ganadería, la investigación halló que los jóvenes participantes poseían “escaso conocimiento” del proceso productivo, aunque en su imaginario percibieron que “la producción está enfocada en la rentabilidad y por eso carece de suficiente cuidado respecto el trato animal”. Quiere decir, explicó Di Giano, que ven una tensión entre la rentabilidad y la preocupación por el cuidado de los animales y los efectos contaminantes de cada actividad.