«Que seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras». (Fratelli tutti 6)
ENTREVISTA
Comunicadora: Evelyn Rodriguez. Córdoba
Fuente: www.hnasdominicasdesanjose.com.ar
Hace poco más de un año nuestra vida cambió y aún estamos asimilando esta nueva realidad, nos hacemos preguntas, no podemos creer ciertas cosas.
Con la Hermana Ana Laura Trabanco de la ciudad de Córdoba, hablamos al respecto.
¿Cuál es el primer pensamiento que te viene a la cabeza con respecto al covid?
Creo que en general hemos sentido, como personas, que es una situación que se nos va de las manos y que el hombre en sí, con todos los avances que ha tenido científicos, tecnológicos, en todo aspecto, sigue siendo limitado. Creo que el covid nos puso de frente con esa limitación que creíamos superada. Esa limitación, hizo que cada uno desde donde podía, como podía se refiriera a un Ser Superior. Justamente porque el hombre no podía.
¿De qué manera uno puede ayudar en estos tiempos?
Yo creo que lo primero es rezar, porque es un tiempo de mucho sufrimiento y en eso me parece fundamental la oración. Uno con la oración puede abrazar y consolar a personas que ni siquiera conoce. La oración tiene ese poder. Con la oración yo sentía que ya estaba haciendo algo importante.
¿Tuviste covid?
A mí me tocó transitar la enfermedad en octubre del año pasado, donde, si bien la situación era grave a nivel mundial, no lo era como en la actualidad con tantos fallecimientos a causa del virus, era otra la situación.
¿Qué sentiste cuando te dijeron: “sos positivo en covid”?
Uno siempre siente temor cuando está enfermo y más en esta enfermedad donde hay mucho desconocimiento, respecto a la cuestión médica, cómo manejarla, cómo sanar o transitar la enfermedad. Sentís un poco de temor, porque tenés la incertidumbre de qué puede pasar. Con otras enfermedades uno sabe cuáles pueden ser los síntomas o cómo la enfermedad puede progresar. El covid tiene la particularidad de que es muy poco lo que se puede prever, entonces un cierto temor frente a la incertidumbre.
Por otra parte también, no es sólo cuidar el cuerpo, sino también el corazón y la inteligencia, respecto de qué cosas uno se va alimentando durante ese tiempo. Así como vas cuidando el cuerpo, cuidás el corazón; por ejemplo cuidar en no tener exceso de información, respecto a cómo estaba en ése momento la situación el nivel de pandemia, o la cantidad de fallecidos. Traté de cuidar eso y de abocarme a las tareas que, gracias a Dios, podía seguir haciendo con normalidad, que era trabajar virtualmente en el cole.
¿Cómo era la vida comunitaria en esa situación?
Bueno, la vida comunitaria, por supuesto, estaba aislada, no la podía hacer pero seguía rezando. También, estaban presentes las personas cercanas, eso también es mucho sostén, el hecho que estén ahí, preocupándose, atentas a cómo está una. Pero sobre todo, en esa situación, donde no se puede predecir el tema físico, sí podemos cuidar el interior, entonces es como si me hubiera abocado a éso, por supuesto teniendo en cuenta la cuestión médica, la llamada de los médicos y demás.
Nos contaron que sos donante de plasma, ¿qué te llevó a donar plasma?
Bueno, te cuento, mi papá estuvo internado en el mes de febrero y él recibió plasma y cuando recibió plasma la mejoría fue inmediata, y a mí de esa situación me surgió muchísima gratitud. Pensé, qué misterio cómo el mismo hombre, con su propia naturaleza, por cómo fuimos creados, nos podemos ayudar.
Qué maravilla la creación. La solución está en la misma naturaleza. Una naturaleza que nos fue dada y que para poder ayudar no hace falta ningún tipo de inversión económica, lo único que necesitás es generosidad y tiempo……
«TENGO EN MI CUERPO LA MANERA DE AYUDAR…»
Entonces lo que me llevó a donar fue la gratitud hacia la persona que ayudó a mi papá y por otra parte, de ser generosa con lo que recibí. Es una manera de aportar.
¡Qué maravilla!, es verdad, es como si uno mismo tuviera un antídoto
No es sólo pensar que uno tiene el antídoto de la enfermedad. Esto me hace pensar e ir un poquito más allá, es entenderlo como un amor fraterno hacia la humanidad, yo no sé a quién ayudo, pero lo hago en un gesto de amor fraterno, de amor social.
Es como abrazar a nuestro prójimo
Claro. Uno cuando abraza, abraza por amor y el amor es tan diverso, y tiene infinitas expresiones. Me parece que es una manera de abrazar a la humanidad que sufre. Es un gesto de amor que incluso puede salvar vidas. En este caso, la fuente del amor, ese que se da, es la gratitud. La gratitud a Dios por habernos creado de esta manera, en donde es el hombre el que puede salvar al mismo hombre. La gratitud por la persona que ayudó a mi papá. Hay un llamado fuerte a la fraternidad, a la entrega generosa en ese sentido.
Qué importante y qué profunda reflexión. Me quedó resonando esta idea, “abrazar por gratitud, un gesto de amor que incluso puede salvar vidas”. Sería maravilloso que mucha gente se sumara a este abrazo fraterno
Y te hago la última pregunta ¿A qué lugar vas a donar?
Cuando voy a donar, voy al único centro habilitado, el Centro de Plasmaféresis de Córdoba. Realmente ir a donar es una experiencia muy particular por las personas que te acompañan y por la gratitud que ellos manifiestan.
Aprovecho también para agradecer a todas las personas que trabajan ahí, desde la recepción, los médicos, enfermeros, que te acompañan en el proceso. Es muy particular el ambiente que se vive ahí, se vive la gratitud de las personas hacia vos.
Muchas gracias Hermana por tu tiempo y por poder reflejar otra arista de esta pandemia que nos ha hecho reflexionar tanto