“No entendemos porqué tanto ensañamiento con una anciana indefensa”
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El párroco Gabriel Ghione, nieto de la víctima.
Sigue grave Milka Roasenda, la abuela de 93 años que el pasado sábado fue víctima de un asalto con brutal golpiza en su casa de barrio Catedral.
Mientras la Fiscalía de Delitos Complejos investiga lo sucedido para dar con los autores del brutal intento de robo, la anciana se encuentra internada en la Clínica de Especialidades «Enrique J. Carrá» y según el parte médico, presenta un coagulo en el cerebro producto de la agresión de dos delincuentes.
Se aguarda su evolución y en función de esta grave lesión para corroborar si han sido afectados órganos vitales. Milka tiene además varias costillas fracturadas, laceraciones y hematomas en distinta partes del cuerpo y un corte a altura de la cabeza.
El ataque ocurrió cerca de las 20 del sábado 2 de enero y hora más tarde, fue el nieto de la víctima, el sacerdote Gabriel Ghione, párroco de la Iglesia del Perpetuo Socorro de barrio Sarmiento, quien arribó a la casa de calle Sarmiento al 400 y descubrió lo sucedido.
«No tengo un real conocimiento de cómo ocurrió todo pero si sé que ella les abrió la puerta bajo alguna excusa y de este modo lograron entrar», relató el cura en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO sobre lo ocurrido con su abuela.
Ghione cree que la golpiza fue porque los malhechores no hallaron nada de lo que buscaban en la vivienda. «No entendemos porqué la golpearon tan cruelmente, ella no tenía nada de valor en la casa, salvo algunos recuerdos que tienen un valor afectivo muy grande, pero dinero no había porque en este tiempo de pandemia soy quien le administra el dinero, le hacía los mandados, le pagaba los servicios, por eso no necesitaba contar con plata en la casa, además, lo hacía por precaución para resguardarla de cualquier daño».
«No entendemos porqué tanto ensañamiento con una persona mayor e indefensa», dijo.
Cuando Ghione terminó de oficiar la misa del sábado, intentó comunicarse con su abuela y al no obtener respuesta en el teléfono, se dirigió hacia la vivienda. Al arribar la encontró caminando pero con las secuelas de la golpiza recibida.
Inmediatamente dio aviso a la policía y solicitó una ambulancia la que luego trasladó a la anciana hasta la clínica.
Por orden del fiscal Bernardo Alberione en la escena del hecho se hizo personal de Policía Judicial para recabar las pericias de rigor, en tanto que este lunes por la mañana efectivos de la División Investigaciones de la Policía Departamental se encontraban en la vivienda recabando más datos y dialogando con vecinos para avanzar en la investigación y dar con los delincuentes que huyeron del lugar tras la cobarde agresión.
«La casa estaba toda revuelta»
«Cuando llegué, cerca de las 20.30, un vecino me alertó que no había visto afuera a mi abuela. Ella es muy activa pese a su edad, muy ágil. La llamé por teléfono, no me respondía, pensé que se le había cortado. Llegué, abrí la puerta y veo que estaba sin medidas de seguridad, entro y me doy con un panorama bastante desgarrador», contó el padre Gabriel.
«Ella estaba caminando, me reconoció, la hice sentar, llamé a la Policía y al servicio de emergencia», siguió Ghione, que estima que los malvivientes pensaron que su abuela atesoraba dólares y dinero en la casa.
«Mi abuela es de un carácter fuerte y enérgico, en algunas cuestiones no es una persona dócil, ella habrá querido defender los recuerdos, lo afectivo… la casa estaba toda revuelta».
«Ya no es un sector seguro», dijo un vecino
Un vecino de la cuadra en donde vive la anciana brutalmente atacada dijo a este diario que ese sector de barrio Catedral «hace tiempo que dejó de ser seguro. La zona era segura, pero ahora como muchos lugares de San Francisco dejó de serlo. Viene gente de otros lugares a delinquir en este sector», expresó el hombre que pidió resguardar su identidad.
Y agregó: «Hoy la ciudad se ha puesto muy peligrosa, tenemos que cuidarnos constantemente en cualquier lado, cuando salimos, cuando entramos».
«En reiteradas ocasiones le decíamos: ‘Milka, vaya adentro, no le abra a nadie'», recordó el vecino de la abuela.
Fuente: LA VOZ DE SAN JUSTO