Para reconstruir la economía necesitamos agregar valor, levantar la industria y el empleo y llevar al mundo productos que contengan el trabajo y la innovación de los argentinos y argentinas.
Para eso implementamos medidas para la agroindustria: una segmentación que beneficia a los pequeños productores, la reducción temporaria de las retenciones, e incentivos a la agregación de valor en la cadena de la soja. Además, trabajamos en una ley de desarrollo agroindustrial.
Para la industria redujimos sus retenciones un 42% y aumentamos los reintegros a las exportaciones un 28% sobre un esquema que premia la producción de bienes finales por sobre la de materias primas simples.
Para abastecer el mercado interno y aumentar la capacidad exportadora, que genera divisas, hace falta desarrollo industrial. Esto también necesita dólares para importar bienes necesarios, si no se producen aquí.
La restricción externa es una cuestión estructural en la Argentina y un factor que explica mucho de la relación entre el sistema político y los modelos de acumulación. Vencerla es posible pero requiere tiempo. Lo intentamos en medio de la pandemia y tras el fracaso del gobierno para pocos que nos llevó por el camino contrario: reprimarizar, endeudar y hundir la economía.