El 20 de julio de 1912, Fray Zenón Bustos y Ferreyra, arzobispo de Córdoba, creaba la Parroquia Ntra. Sra. Del Rosario en Las Varillas.

Reseña histórica del Centenario de la Parroquia leída por la profesora Cristina Gallo en el año 2012

A comienzos del siglo XX, esta tierra virgen se abría generosa para abrazar a criollos e inmigrantes, en su mayoría italianos, deseosos de habitar un suelo de promisión. Aquellos primeros creyentes recibían asistencia espiritual de sacerdotes de Villa del Rosario y Villa Concepción del Tío. Iban a buscarlos en volantas y hacían largos viajes que se dificultaban por la falta de caminos y comodidades. Pronto, los fieles sintieron la necesidad de tener un lugar apropiado para el encuentro con Jesús y por ello el 15 de agosto de 1905 se colocó la piedra fundamental del primer templo. Para su construcción, se contó con la inestimable colaboración del fundador de Las Varillas, Don Medardo Álvarez Luque. De a poco, con su ayuda y el esfuerzo mancomunado de sacerdotes y fieles se fue levantando el edificio. Mientras tanto, el primer domingo de octubre de 1906 se celebró la primera Fiesta Patronal, presidida por el Cura Párroco de Villa Concepción del Tío, Padre Miguel P. Ludueña. Concurrieron fieles de más de cincuenta kilómetros a la redonda. Muchos oyeron misa por primera vez y un centenar de niños fue bautizado en un galpón del ferrocarril que se utilizó para el oficio religioso. Esta fiesta dejó recuerdos perdurables en los vecinos y sembró la semilla de la fe en nuestras tierras. De allí en más, se celebraron las fiestas patronales. Alrededor de 1910 llega el Padre Donato Latella para regentear esta Iglesia. Vamos a detener nuestra mirada retrospectiva en el año 1912, de crucial importancia en la vida de la incipiente población. En un día como hoy, el 20 de julio de 1912, hace 100 años, el Arzobispo de Córdoba, Fray Zenón Bustos y Ferreyra, firma el Decreto de Erección de la Parroquia en Estación Varillas. Se vive un clima de gran regocijo espiritual en el pequeño poblado……………….

El Pbro. Donato Latella, antes capellán y ahora primer párroco, se traslada de su casa en alquiler a la casa parroquial.La Sra. Rosario Moncada de Alvarez Luque hace donación de la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de nuestro pueblo, a la Parroquia.El reverendo cura Párroco hace un llamado cordial a todos los vecinos del pueblo y colonia, para que presten su colaboración con el fin de realizar la primera fiesta de esta Parroquia y la bendición de la imagen de la Virgen del Rosario.El programa de la fiesta religiosa contó además con la visita del  Padre Miguel Ludueña y uno de sus ayudantes.Algunos padrinos del acto de bautismo de la imagen de la Virgen del Rosario fueron: Dr. Medardo Álvarez Luque y su esposa; Sr. Antonio Palmero y señora, la cual presidió la comisión de damas; José Ferreyra y sra.; Dr. Augusto Ulio, que presidió la comisión de varones, y sra.; Vicente Mazuchi y sra.; Bautista Pagliero y sra; José “Pepe” Basso y sra. Bartolo Basso y sra; Martín Lencina y su esposa Presentación. También asistieron los jóvenes Juan y Mateo Panero y Andrés Tisera que ayudaban al Cura Párroco y, entre otros concurrentes, aparecen los sres. Miguel Visconti, Alfredo Borello, Carlos Boiero, Bautista Mainero y sigue la lista.

Todos los actos religiosos fueron presenciados por una numerosa concurrencia, y la que contó con mayor brillo fue la procesión llevada a cabo en honor a la Virgen del Rosario.Los bailes populares, así como un gran bazar, infinidad de juegos y atracciones, como los actos religiosos, alcanzaron destacado éxito y fueron amenizados por la banda de música La Bersagliera, traída de la ciudad de Rosario. Se cerró esta magnífica fiesta con un gran programa de fuegos artificiales.Los primeros bautismos y casamientos celebrados en la nueva parroquia son del mes de agosto de 1912, según consta en los Libros de acta.Los años subsiguientes 1912 a 1932, el Padre Latella, siempre con la cooperación de los vecinos realizaba las fiestas patronales, que de año en año, siguiendo paralelo al continuo progreso y aumento de la población, obtenían mayor brillo en su parte religiosa y distracciones populares.En el transcurso de estos años llegaron a este pueblo Padres misioneros.En 1933, después de más de 20 años de abnegado ministerio, el P.Latella  es relevado por un sacerdote nacido en Villa del Rosario, el  Padre José Tomás Luque.El notable aumento de la feligresía exigía la construcción de un Nuevo Templo. El P. Luque, a pedido de Mons. Lafitte, arzob. de Cba,  fue el gestor del mismo. En 1937, al conmemorarse las Bodas de Plata de la primera iglesia, para que los creyentes comprendieran la magnitud de la celebración y del emprendimiento, el Cura Párroco y la Comisión de fiestas erigen, en el terreno que ocuparía el nuevo Templo, una gran cruz de madera, similar a la que se había hecho en Bs.As. con motivo del entonces reciente Congreso Eucarístico Internacional. Dicha cruz medía 14 m  de altura por un metro cuadrado de espesor. La madera fue traída por la Casa Palmero en vagones. Fue armada toda entera y se la levantó con un aparejo en la fosa de 4 m de profundidad. En medio de una solemne celebración se colocó la piedra fundamental del actual templo, siendo bendecida por Mons. Fermín Lafitte. Fueron más de veinte años de denodados esfuerzos, en los que la tenacidad y empuje del Padre Luque fueron puestos a prueba porque los gastos eran enormes y los dineros con que se contaba, no tanto. Recurrió a los fieles tanto del pueblo como de la colonia para que hicieran su aporte con el fin de concretar el magnífico templo que hoy nos cobija, inaugurado, sin terminar, en 1950, y consagrado en octubre de 1958. No sólo se ocupó del templo. También se destacó por su prédica constante en favor de la Acción Católica y su interés por los obreros. Movido por su celo pastoral, acercó, la Iglesia a los barrios en una capilla rodante que ataba a su auto. Así oficiaba misa e impartía la catequesis a los sectores más alejados, especialmente el Barrio Central Argentino. Lo ayudaban los jóvenes católicos del Ateneo de la Juventud, también creado por él. El tercer párroco fue el Padre Lorenzo Mensa (1962-1988) Este sacerdote de origen italiano concretó su labor sacerdotal en el marco del Concilio Vaticano II, por lo cual, a nivel parroquial, organizó varios ciclos de misiones religiosas populares e importantes cambios en la liturgia. También, con sentido apostólico, instalaba la capilla rodante en los barrios para celebrar misa. Seguramente muchos de los presentes recordarán que después del oficio religioso, proyectaba filminas religiosas para atraer a la gente y así también difundir  la Buena Nueva. Fruto de su espíritu emprendedor, entusiasta y generoso son las numerosas obras de caridad que impulsó para atender las demandas de los fieles varillenses.  Pero más allá de su legado material, permanece en el recuerdo de sus feligreses la imagen del hombre desinteresado, bueno y humilde que llegó a todos como ejemplo de entrega, fortalecido por una profunda fe en el Evangelio. El Padre Luis Martino(1988-1991) continuó con las obras de su antecesor. Centró su ministerio en la pastoral juvenil, organizó una importante Asamblea Parroquial e instituyó a los primeros laicos como ministros extraordinarios de la Comunión. Junto a los Padres Domingo Camissaso y Marcelo Cereda dio gran impulso a la Catequesis familiar. En un corto período, 1991-1993, debido a su repentino fallecimiento, se hace cargo de la Parroquia el Presbítero Pedro Ludueña Sueldo, anteriormente diácono del P.Mensa. Su ordenación sacerdotal, el 6 de octubre de 1975, había sido un importante y emotivo acontecimiento para la ciudad de Las Varillas porque era la primera vez en la historia de esta parroquia que se administraba en ella el Sacramento del Orden Sagrado. Quienes compartieron su apostolado recuerdan su tarea pastoral y su espíritu solidario. Así como la reorganización de la catequesis y de instituciones parroquiales.
.El padre Raúl Martini, fue nombrado en febrero de 1994. Durante su ministerio, ha compartido actividades con los Padres Domingo Camissaso, Héctor Combina, Daniel Hidalgo y Héctor Calderón, entre otros. Reordenó y administró las numerosas obras parroquiales a través de la Asociación Lorenzo Mensa, así como la refacción, ampliación y remodelación de nuestro templo, su prioridad actual. Generó e impulsó festejos y celebraciones comunitarias. Promovió la acción pastoral en diferentes áreas, organizándola según las necesidades de la comunidad y de acuerdo con el Plan Pastoral Diocesano. Se ha destacado por su fuerte compromiso social y comunitario, manifestado en obras como la construcción de viviendas para familias carenciadas desde Cáritas. En lo eclesial, le ha dado vida a la liturgia, interesándose por la difusión de la Palabra de Dios con renovadas metodologías. Continúa generando nuevos proyectos.Los “hombres de Dios” que nos han acompañado durante este siglo, han tenido siempre presente la figura de Jesús, el Buen Pastor y han desarrollado una verdadera labor apostólica.A partir de sus inicios, esta Parroquia ha sido visitada y guiada espiritualmente por el Episcopado. Desde 1912 dependió de la Curia de la ciudad de Córdoba hasta que en 1961 se crea la Diócesis de San Francisco a la cual pertenece actualmente.En cuanto a la educación católica en nuestra ciudad, está centrada en dos establecimientos relacionados con el ámbito parroquial. La vigorosa y constante presencia de las Hermanas Dominicas desde la década del 20 ha colaborado activamente en la evangelización de niños y jóvenes Y el Instituto Parroquial “Gustavo Martínez Zuviría” ha propiciado la educación en valores de jóvenes y adultos, desde hace 49 años.Además nuestra parroquia ha contado con la ayuda espiritual y apostólica de otras congregaciones. Las Hermanas Pías, las Nazaretanas, las Hermanas de San Carlos de Borromeo, las oblatas, también los misioneros redentoristas, claretianos y salesianos así como las Cristíferas y otros consagrados han desarrollado con amor al prójimo y dedicación al Señor su trabajo apostólico y pastoral  en Las Varillas.  La intensa labor pastoral generó llamados en  creyentes varillenses que, iniciados por sus familias en la fe católica, ofrendaron su vida al Señor: los Padres José Luque y Miguel Chabrando, las Hermanas Alicia Díaz, Olga Truccone y Liliana Parlanti, son el orgullo de esta comunidad  y testimonio vivo de la entrega a Dios y al prójimo. También el sacerdote, ya fallecido, Juan José Ribone, de El Arañado y la Hermana Clelia Bronzone, de Las Varas, ambos ex alumnos del Instituto Parroquial decidieron seguir el llamado del Señor. En la actualidad, algunos jóvenes de nuestra ciudad están en la etapa de definición de sus vocaciones. No podemos olvidar a los laicos y su generosa presencia y entrega comprometida a través de las décadas, en algunos casos hasta se dio el recambio de padres a hijos, con la finalidad de colaborar eficazmente en todos los ámbitos, misiones y servicios de la Parroquia. Durante estos cien años, cuántos fieles han llevado el testimonio de Jesucristo y han sido fermento del amor de Dios en la sociedad, colaborando en  innumerables actividades  y áreas parroquiales, algunas . El laicado de Las Varillas ha ido creciendo en compromiso y participación. A modo de ejemplo, nombraremos los equipos de liturgia, de mantenimiento del templo y de lugares sagrados; coros, ministros de la eucaristía, pastoral de la salud, del duelo, de los adultos mayores, comunidad católica de rehabilitación de adictos, Cáritas, hogar  de ancianos, centro integral infantil, centros de evangelización y pastoral rural, espiritualidad, encuentro matrimonial, movimiento familiar cristiano, movimiento de cursillos de cristiandad, Separados en nueva unión, Catequesis de comunión, confirmación y prebautismal, grupo scout, semanario parroquial, misioneros, equipos de planificación pastoral, centros de educación católica, asociación social y cultural, consejo económico… ¡Cuánto amor! ¡Cuánta entrega! ¡Cuántas personas de buena voluntad al servicio de la Parroquia en su afán de ser discípulos  y misioneros de Dios! A lo largo de este fructífero centenario, los muros de estas dos iglesias han recibido a seis curas párrocos, numerosos vicarios colaboradores, diáconos, misioneros y muchos otros sacerdotes que han impulsado, desde sus ministerios y carismas, el crecimiento espiritual de la población; también a un sinnúmero  de piadosas religiosas que han brindado sus dones y vocaciones; a nutridos grupos de niños y jóvenes que recibieron a Jesús por primera vez en la Comunión y reafirmaron su Bautismo en el sacramento de la Confirmación. Asimismo han cobijado a muchos adultos que se reconciliaron con el Padre y se unieron a Él en la Eucaristía; y dieron lugar a las ilusiones de cientos de parejas que sellaron su amor ante el altar a la vez que fueron al ámbito propicio en el que hemos elevado al Señor infinitas oraciones por nuestros queridos difuntos. Estos dos templos también han sido testigos de ordenaciones sacerdotales y religiosas, así como de la visita de importantes autoridades eclesiásticas, nuncios, Arzobispos, Obispos y demás dignatarios de la jerarquía eclesial. Varios sacerdotes oficiaron allí su Primera Misa.Actualmente esta centenaria y siempre activa Parroquia “Nuestra Sra. Del Rosario”, está empeñada en concretar la valiente acción renovadora de las Parroquias, sugerida en el Documento de Aparecida. Para ello está abocada a la puesta en marcha y seguimiento del Plan Pastoral Diocesano Esta reseña nos muestra una Parroquia en permanente búsqueda, en crecimiento constante, con sacerdotes, consagrados y fieles atentos a la Palabra del Señor y a las necesidades de sus semejantes.Como cierre, recordemos las palabras de la Conclusión del DA: “Llevemos nuestras naves mar adentro, con el soplo potente del Espíritu Santo, sin miedo a las tormentas, seguros de que la Providencia de Dios nos deparará grandes sorpresas.”

A partir del año 2016 se hace cargo de la Parroquia el Padre Daniel Cavallo, y se suma una nueva vocación a LAs Varillas, la Hermana Jessica Maturana, quien profesa sus votos temporales en la Congregación de las Hermanas Dominicas de San Jose, responsables de la conducción del Instituto de Maria Inmaculada.