A los 15 años comenzó a viajar. Y su primer destino, paradójicamente, fue Córdoba, donde los Basaldúa tienen familia. Hace 20 años Cecilia llegaba a Capilla del Monte, ese pueblito mágico colmado de sierras y atrapantes historias. El mismo lugar donde volvió para comenzar a darle forma a ese libro en el que volcar decenas y decenas de anotaciones y relatos, escritos a lo largo de casi cinco años de viaje por América Latina.

La muerte la alcanzó antes. Y eso que Cecilia era cinturón negro de Taekwondo, había practicado Kung-fu y sabía manejar armas. Y eso que enseñaba defensa personal a las mujeres, en Colombia y en otros lugares recorridos desde 2015, cuando llegó a México con el seleccionado argentino de hockey sobre hielo, invitadas al Panamericano y, a diferencia de sus compañeras, no regresó a la Argentina para comenzar su soñado viaje por el continente.

El capricho del destino, y de una sociedad en las que las mujeres son asesinadas a manos de los hombres toditos los días, precipitó abruptamente el final de su viaje

Cecilia sabía defenderse, no era ninguna ingenua. Diez países, más de cien ciudades, miles de personas se cruzaron en su camino. El capricho del destino, y de una sociedad en las que las mujeres son asesinadas a manos de los hombres toditos los días, precipitó abruptamente el final de su viaje. Y si bien el dolor será para siempre, se vuelve imponer la necesidad de justicia.

Gualeguaychú, su segundo hogar

Aunque no había nacido en Gualeguaychú como su papá, la ciudad entrerriana era como una segunda casa para Cecilia (36) y toda su familia. Desde hace muchos años, una vez por mes o cada 15 días dejaban el barrio porteño de Núñez para visitar a los Basaldúa de estas latitudes.

La última vez fue el 14 de marzo, cuando llegó para el cumpleaños de su tía. Antes, había pasado un fin de año muy especial. Cecilia había vuelto al país después de mucho tiempo y toda la familia estaba deseosa de estrecharla en un abrazo. “Todos los años pasamos el 31 en casa”, contó a ElDía Vanina Basaldúa, su prima. “Esta vez, ellos llegaron el mismo día a la mañana, y de lo primero que hablamos fue de su viaje, todo el mundo la quería ver y preguntarle sobre la experiencia”, recordó.

El último fin de año. Cecilia y su familia en Gualeguaychú, en la casa de sus tíos

“Fue muy lindo, estábamos todos. Me acuerdo que ella, esa misma noche, hizo un show de fuego con cadenas para la familia, estábamos todos muy contentos de volver a tenerla con nosotros. Después nos volvimos a Buenos Aires y ella se quedó”, agregó Guillermo, hermano de Cecilia, de 34 años.

Me acuerdo que ella, esa misma noche, hizo un show de fuego con cadenas para la familia, estábamos todos muy contentos de volver a tenerla con nosotros 

Cecilia se quedó una semana más en la ciudad para conocer la Fiesta del Pescado y el Vino, donde vendió sus artesanías. “Estaba sorprendida por cómo había crecido Gualeguaychú en estos últimos años, y por la movida turística y cultural. De hecho, pensaba venirse más días el año que viene”, aportó su prima, quien la recuerda como una persona “súper liberal, bondadosa, de esas que no tienen maldad”.

“Su hija se fue”: La contradicción que puede ser clave para el caso

En diciembre Cecilia volvió al país. Tras pasar por Gualeguaychú y por la costa, donde fue de vacaciones con su familia, el 19 de marzo –tres días antes que comience la cuarentena– partió hacia Capilla del Monte. Fue su último viaje.

“No terminaba de acostumbrarse a la vida de Buenos Aires, por eso se había ido a Córdoba para empezar a escribir su libro. Periódicamente, se comunicaba con nosotros en el grupo de WhatsApp que tenemos en la familia”, contó su hermano, el que le sigue (son cuatro en total).

La última comunicación fue el sábado 4 de abril, nos dijo que estaba contenta, que ya estaba con el libro, y que estaba aprendiendo trabajos de huerta”, recordó Guillermo.

Cuatro días después, un hombre se comunicó con Alberto, su padre, para decirle que su hija mayor había tenido «un brote psicótico” y que se había ido de su casa, donde estaba alojada. Inmediatamente, Guillermo se comunicó con esta persona y realizó la denuncia policial, tanto en Núñez como en Córdoba, a través de los tíos que viven allá.

Pero ni a la familia ni a la abogada que representa a la querella les cierra el relato de este hombre. Primero, porque Cecilia jamás había tenido este tipo de “brotes”, y segundo, y más concluyente aun, porque lo declarado por esta persona se contradice.

“Primero, al papá de Cecilia le dijo que había tenido un brote psicótico, pero, en una segunda oportunidad, cuando ellos llegaron a Capilla del Monte, les dijo que habían discutido, y que por eso él la había echado del lugar, dejando ella su computadora y su celular”, reveló a ElDía la abogada cordobesa Daniela Pavón, quien tendrá acceso al expediente judicial recién la semana que viene. Además, “comunicó al padre la ausencia de Cecilia recién tres días después, lo que, en principio, nos llama la atención”, analizó.

Primero, al papá de Cecilia le dijo que había tenido un brote psicótico, pero, en una segunda oportunidad, cuando ellos llegaron a Capilla del Monte, les dijo que habían discutido, y que por eso él la había echado del lugar, dejando ella su computadora y su celular 

El sábado 25 de abril, “en una zona cercana al basural del Capilla del Monte”, según la referencia de los medios cordobeses, una persona –no fue la Policía– encontró el cuerpo sin vida de Cecilia Basaldúa. Habían pasado 21 días de su desaparición, y según hizo trascender el Ministerio Público Fiscal que investiga la causa, “habría sido atacada en un tiempo próximo a su desaparición”.

Antes de la aparición del cuerpo ocurrió un particular suceso, que no hace más que enrarecer el caso. En palabras de Pavón: “El manejo de la información en el pueblo también nos llama mucho la atención. El 20 de abril, los medios locales publicaron en sus páginas de Facebook que el cuerpo de Cecilia habría aparecido en un lugar cercano a un basural. Ese mismo día los mismos medios desmintieron esa información. Y las publicaciones del 25 (de abril), cuando sí apareció el cuerpo, tienen muchas características similares a las del lunes 20”.

Además, “el lugar donde se encontró a Cecilia ya había sido rastrillado por la Policía”, lo que genera más suspicacias aún. “Una vez que tengamos acceso a la causa, sabremos si tras la denuncia se activaron realmente los protocolos de búsqueda que se deben activar en estos casos, y todos los detalles de los procedimientos”, resumió.

Cecilia, contemplando la belleza del río Gualeguaychú

Un detenido de 23 años y la hipótesis de más partícipes

El 23 de abril los padres de Cecilia llegaron a Capilla del Monte. El 25 apareció el cuerpo. El 26, debieron reconocerlo mediante fotos e inmediatamente se lo llevaron a Córdoba capital. El 28 la Policía detuvo a Lucas Adrián Bustos, de 23 años.

Bustos es el único detenido hasta el momento, y está imputado por el delito de abuso sexual y homicidio agravado por violencia de género y críminis causae (el asesinato se produce para ocultar el delito anterior).

Bustos es el único detenido hasta el momento, y está imputado por el delito de abuso sexual y homicidio agravado por violencia de género y críminis causae

Desde la familia, tienen muchas reservas sobre la investigación y los procedimientos previos al hallazgo del cuerpo. “En 20 días no hubo ningún tipo de información. Mi padres llegan a Córdoba, a los dos días aparece el cuerpo y dos días después ya tienen al responsable. Todo nos genera muchas dudas”, reconoció Guillermo. Y apuntó a la posible participación de más personas en el ataque: “Mi hermana era una persona muy preparada para defenderse, que una sola persona haya hecho esto me parece prácticamente imposible”.

Al respecto, la fiscal que investiga el caso, Paula Kelm, en diálogo con ElDía aseguró que tienen “gran caudal probatorio para entender que esta persona ha tenido una relación directa con el femicidio” y “respecto a si lo hizo sólo o hubo otros partícipes es motivo de investigación, la misma recién comienza y no se descarta ninguna hipótesis”.

En este sentido, adelantó que “hay elementos de prueba que se están analizando en este momento, que van a arrojar luz sobre la posibilidad de uno o más autores”.

Respecto a si lo hizo sólo o hubo otros partícipes es motivo de investigación, la misma recién comienza y no se descarta ninguna hipótesis 

Por otro lado, consultada por los resultados de la investigación que encabeza, dijo: “Pudimos determinar la causa eficiente del fallecimiento, se trató de un femicidio. Logramos la detención de una persona, que vive muy cerca del hallazgo, y tiene acceso total y directo al lugar, y conocimiento del mismo”, indicó en referencia a Bustos, quien fue indagado el jueves y se negó a declarar.

El imputado “conoció a Cecilia en el espacio temporal en el que nosotros estamos presuponiendo que sucedió el hecho” y “tiene una relación directa con la producción del mismo”, insistió.

“A ello hay que sumarle que presenta una gran cantidad de lesiones en sus miembros superiores, compatibles con heridas producidas por la víctima al momento de defenderse. Y el nivel de cicatrización nos determina que habrían ocurrido en forma contemporánea con el momento de producción del hecho”, aseveró la funcionaria judicial.

La semana que viene será clave para la querella y la familia Basaldúa. El acceso al expediente judicial así lo determina. Nadie les devolverá a Cecilia, ni la paz de saberla viva y feliz. Al menos, que se haga justicia. Por ella, por todas, por todos.

Por Luciano Peralta
El Día de Gualeguaychú