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Federico Koniszczer, corresponsal para VIVE en Qatar, publicó una nota en LA NACIÓN sobre el Mundial olvidado de 1942, en la Patagonia

Frente a la decisión de que no se organizaran los mundiales de fútbol en la década de 1940 por la Segunda Guerra Mundial, en el libro “Memorias del Míster Peregrino Fernández y Otros Relatos de Fútbol”, el periodista y escritor Osvaldo Soriano publicó un cuento llamado “El hijo de Butch Cassidy” basado en una carta de su tío Casimiro, en el que relata una serie de eventos que sucedieron en el Mundial de 1942 en la Patagonia argentina.

 

Aquel año, en una reunión entre italianos y argentinos en un cabaret de Zapala, Neuquén, se decidió organizar una Copa del Mundo de ocho equipos. Estos eran: Mapuche (combinado de argentinos y chilenos de la zona), almaceneros españoles, ingenieros alemanes, obreros italianos, ingleses del ferrocarril, sacerdotes y obreros polacos, veteranos de guerra guaraníes e intelectuales franceses.

Con la mayoría de los futbolistas profesionales en guerra, el torneo se disputó en canchas de 100 metros, sin redes en los arcos y con situaciones insólitas: los alemanes saltaron al campo con cascos y alfileres, mientras que los italianos hicieron lo propio con pimienta para echar en los ojos a los rivales con complicidad del árbitro. Hay que confiar en el archivo para desmalezar entre la ficción y la realidad.

Respecto a este certamen olvidado, el historiador argentino Gabriel Acevedo opinó lo siguiente: “La realización de un Mundial en guerra no me llama la atención porque muchos se hicieron durante conflictos bélicos. El Mundial de Francia 1938 tuvo como escenario bélico la guerra civil española y la guerra sino-japonesa; el de Brasil 1950 comenzó el mismo día que la guerra de Corea; los de Inglaterra 1966, México 1970 y Alemania 1974, fueron paralelos a la guerra de Vietnam; en España 1982, la selección argentina participó días después del conflicto en Islas Malvinas; en México 1986, el mundo se conmovió por la guerra Irán-Irak; y en Estados Unidos 1994 se dio la reestructuración de Europa del Este y la disolución de la URSS, generando conflictos bélicos en los países que los conformaban. Es decir, casi el 50% de los Mundiales se desarrollaron paralelamente con guerras”.

Continuando con la cita de 1942, previo al inicio del campeonato, un conde que iba por las calles reclutando personas para jugar decía: “El Mundial de la Patagonia será recordado dentro de 100 años como el evento deportivo más importante del siglo 20. Será la única manifestación capaz de frenar la guerra. Aquellos que ahora se ríen de mí, leerán mi nombre en las páginas de los diarios de todo el mundo”. Según el estadígrafo Acevedo, el certamen olvidado es recordado en la actualidad porque la “FIFA se expresó en su momento. En la reunión de Comité de FIFA de mayo de 1940 se iba a decidir la sede, pero como el 1° de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia, el ente decidió suspender esa reunión y, por consiguiente, el Mundial de 1942. No lo validó porque ya tuvo su veredicto oficial”.

Y siguió con su discurso: “En Francia 1938 se ausentaron Argentina y Uruguay por diferencias con la FIFA, por haber elegido al país galo como sede de ese Mundial (ambos países esperaban que la elección sea en un país americano). A esa Copa del Mundo, de América solamente fueron Cuba y Brasil. Y tengo mis dudas, pero si la guerra hubiera ocurrido en Sudamérica, seguramente habrían organizado y convalidado el Mundial en Europa”.

Pero a pesar de no ser validada oficialmente por la casa madre del fútbol, Barda del Medio, ubicada al noroeste de la provincia de Río Negro, fue la sede del Mundial “olvidado”, que contó con tubos como palos de los arcos y el árbitro era William Brett Cassidy, hijo del ladrón de bancos y trenes Butch Cassidy, quien se mudó a Argentina tras huir de los Estados Unidos.

Con el fotógrafo Guillermo Sandini como el único periodista de la cita deportiva para inmortalizarla con sus fotos, los italianos dejaron en el camino a los polacos y guaraníes, los alemanes vencieron a los franceses, y Mapuche avanzó contra los españoles e ingleses.

Las semifinales se desarrollaron entre germanos e italianos, para terminar jugando contra Mapuche en la final, con el juez tirando tiros al aire ya que no contaba con un silbato. Los teutones utilizaron cascos para protegerse la marca rival y alfileres para salir airosos de las pelotas cuerpo a cuerpo. Por su parte, los oriundos de Italia usaron pimienta para lanzarle a los ojos a sus oponentes. Tres fueron los penales a favor para los alemanes, de los cuales dos los ejecutó un ingeniero prusiano que se acomodaba los lentes antes de patear.

En referencia a la trascendencia que tuvo el torneo con el tiempo, Acevedo manifestó: “No, tuvo trascendencia en su época a nivel local. El organizador fue el empresario alemán Vladimir Otz al instalar la primera línea telefónica en la Patagonia y pensó, como entretenimiento, llevar a cabo partidos de fútbol similares a una Copa del Mundo. Quedan muy pocos registros y archivos de la organización de ese Mundial en 1942″.

Y ese certamen tuvo el inicio de su último partido un domingo gris, con una tormenta de granizo: se pensó en suspenderlo, pero los alemanes se negaron porque ya habían avisado por teléfono a su país que habían ganado el torneo. Los arcos no se veían, se jugó hasta la medianoche y se pasó hasta el amanecer del día posterior sin saber con qué pelota.

Al día siguiente, uno de los arcos apareció en lo alto de una colina y un jugador de Mapuche empujó la pelota que caía de lo alto con la cabeza y metió el gol del campeonato: el árbitro Cassidy anuló el tanto con balazos al aire, pero Mapuche lo festejó, como también el consecuente título, aunque en los registros oficiales no aparezca la disputa del Mundial 1942.

Mundial 1942Twitter @ismanewells_

A pesar de tener conocimiento sobre el evento deportivo en cuestión, el historiador argentino aclaró: “Por edad, dicho Mundial no lo viví. Me remito a los escasos archivos de la época. Destaco a la selección de la Patagonia, que la conformaron indios mapuches de la región en la final ante Alemania. Pero confieso algo más: paralelamente, en Berlín, se jugó la también llamada “final de 1942″, un duelo organizado por Adolf Hitler y el régimen nazi entre el local y Suecia, máxima potencia europea. La esperanza de sumar un logro deportivo al nazismo se truncó por la derrota 3-2, para la desilusión de 100 mil alemanes en el estadio olímpico. Varios de los integrantes de la selección teutona fueron al frente de batalla en la guerra debido al enojo de Hitler por la derrota y otros fueron campeones del mundo en Suiza 1954″.

Por último, en 2012, dos cineastas italianos estrenaron “El Mundial olvidado”, una película con el formato de falso documental que rememora la historia de aquel torneo de 1942 con la participación del relator Víctor Hugo Morales, de los exfutbolistas Roberto Baggio y Gary Lineker, y del ex presidente de la FIFA Joao Havelange. Esta pieza audiovisual generó que muchas agencias europeas tomen en serio el tema y la cataloguen como “el Mundial que la FIFA nunca convalidó”.

https://www.lanacion.com.ar/deportes/patagonia-1942-el-mundial-olvidado-y-que-la-fifa-no-convalido-en-tiempos-de-guerra-nid06042023/?fbclid=IwAR2P5xCqJRRhaBFPanVCs2yv0J_Z-E47jxX2g526qj3h4dA4trfs5iNMW8U