Fuente: informedigital.com.ar

Uno de los regresos más esperados en la 137° Exposición Rural de Palermo es el de la raza Holando Argentino, que vuelve después de cinco años de ausencia en la pista central de la muestra y tras una larga trayectoria en este evento tradicional.
Este anuncio fue confirmado por Lisselotte Diz, presidenta de la Asociación Criadores de Holando Argentino (ACHA), según informó Karina Escola para la entidad.
En su retorno a la 137° Exposición Rural, “los cabañeros tienen la oportunidad de mostrar el avance genético logrado a través de sus programas de selección”, aseguró Diz. Además, este regreso permitirá a la raza fortalecer el vínculo entre el campo y la ciudad, contribuyendo a que el público “comprenda el cuidado de las vacas y todo el trabajo que hay detrás de la producción de cada litro de leche”.
Durante muchos años, la raza Holando fue la que más ejemplares presentó, con tres días de jura y toros cuyo valor equivalía al de un automóvil 0km. “Hoy la raza ha cambiado; la inseminación artificial y, posteriormente, la genómica se han generalizado, y estas razones, junto con una lechería que ha enfrentado muchos años complicados, afectaron la concurrencia a la expo”, agregó el informe.
La jura de clasificación de los Holando Argentino se llevará a cabo el viernes 25, a partir de las 10, en la sección 3 de la pista central. El jurado será Leo García.
“Entre los protagonistas de este esperado regreso se encuentra Teo Mulder, un criador histórico y ex vicepresidente de ACHA, quien llevará a Palermo seis vacas, una vaquillona y un toro de su tambo ‘El Solaz’, situado entre La Plata y Brandsen. A sus 77 años, continúa trabajando en el tambo a diario, manteniendo fichas manuscritas de cada vaca y preparándose con entusiasmo casi juvenil para volver al ruedo”, señala el informe.
Este año, Mulder “no quiso dejar pasar la oportunidad de exhibir sus ejemplares y disfrutar, no solo del espectáculo que brindan los animales presentados en la pista, sino también de esa adrenalina que sienten todos los cabañeros en los momentos previos a la salida. Cuando es necesario dar las horas justas de leche para que las ubres se vean en todo su esplendor, peinar el lomo de forma impecable, desplazar suavemente los ejemplares casi como si se tratara de una pista de ballet”, explicaron desde ACHA.
“Para mí, las vacas son una afición. Me encanta que la gente pueda ver lo que implica tener una vaca lechera”, comentó Mulder. Su historia está marcada por la pasión, los momentos difíciles como la crisis de 2001 que lo dejó sin casa ni campo, y su inquebrantable decisión de seguir adelante, siempre vinculado al tambo. “Perdí todo, pero nunca dejé de querer las vacas”, expresó con una sonrisa.
Su trayectoria con la raza lo llevó a participar en varias ediciones de Palermo con distintas cabañas en las que trabajó: en 1964, con la cabaña Las Malvinas de Mascareñas, y posteriormente con la cabaña Adrianita. “En 1995 decidí, bueno, me voy a poner un tambo para mí. Entonces, en sociedad con mi consuegro, alquilamos un campo, compramos las vacas y comenzamos con un tambo que llamamos El Solaz”, relató.
También participó en otras ediciones de Palermo organizando tambos demostrativos junto a ACHA, acercando la experiencia lechera a grandes y chicos. Este año, volverá a competir en pista con ejemplares seleccionados, algunos de los cuales estarán disponibles para la venta bajo la firma Saenz Valiente Bullrich.
Desde ACHA, también se preparan para una semana intensa: además de la jura de la raza, se realizará un remate de vaquillonas y una jornada de capacitación organizada por el Ateneo de la Asociación, centrada en la conformación de vacas lecheras, programada para el viernes 25.
“Invitamos a productores, tamberos y a todos los interesados a visitar nuestro stand en el pabellón Ocre, donde conversaremos sobre vacas y los servicios que ofrecemos para criar animales más eficientes y rentables”, afirmó Diz.
“Así, con mucho esfuerzo y amor por la lechería, la raza Holando vuelve a pisar fuerte en la arena de Palermo. No solo como símbolo productivo, sino como una expresión viva de una tradición que busca permanecer vigente”, concluyó el informe.