“Se da una situación, en cierta forma, paradójica ya que el Índice de Confianza alcanza los valores máximos de su historia en momentos en que se alzan las voces por la baja rentabilidad del sector agropecuario debido a la persistencia de los derechos de exportación”, analiza Carlos Steiger, investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral y director de la encuesta.
“Los índices de Condiciones Presentes y de Expectativas Futuras también tienen los valores máximos de su historia en momentos en que las condiciones de rentabilidad de las actividades agrícolas prometen estar en niveles muy bajos o aún negativos cuando la producción se realiza en campos arrendados”, añade el especialista.
Según el Ag Barometer Austral, un 35% de los productores piensa que la rentabilidad esperada de la campaña 2024/25 será menor que la de la campaña 2023/24.
La baja en los precios internacionales, en particular de la soja, es la variable que mejor explica la caída en la rentabilidad, a pesar de que muchos productores esperan obtener mejores rendimientos que en la campaña pasada.
Sin embargo, Steiger advierte que “se escuchan voces de preocupación por parte de productores agropecuarios y de las entidades representativas manifestando que la caída de los precios internacionales para la campaña 2024/25, sumada a la actualización del tipo de cambio por debajo de la tasa de inflación (crawling peg del 2%) durante el año 2024 ha provocado un encarecimiento de los de los costos de producción en dólares que se suman al efecto negativo de la baja de precios”.
Por otra parte, la continuidad de los derechos de exportación -en particular los de la soja- hacen que los productores argentinos reciban un 32% menos de precio que sus competidores de USA y Brasil. Al mismo tiempo, en los meses recientes Brasil ha devaluado su moneda por encima de la inflación local otorgando más competitividad a los productores de soja.
“Otra paradoja es que los ingresos en dólares por exportaciones agroindustriales para el año 2025 serán superiores en 2.400 millones dólares a las del año 2024, en un contexto de quiebra de muchos productores que son los que proporciona dichas divisas”, considera Steiger.
También están mejorando las expectativas de inversión en activos fijos tanto en agricultura como ganadería, lo cual habla de buenas expectativas a mediano y largo plazo ya que dichos activos deben ser amortizados y generar flujos de caja en un horizonte de 5 años aproximadamente. Este este sentido, un 56% de los productores piensa que es buen momento para invertir en ganadería y, en particular, en vientres para incrementar el stock.
“Después de mucho tiempo, parece reavivarse el interés por invertir en ganadería, a pesar de que el 2024 ha continuado una elevada proporción de la faena de vientres como porcentaje de la faena total, indicando que se está lejos de un proceso de retención. Por otra parte, los precios ganaderos han aumentado por debajo de la inflación con impacto negativo en la rentabilidad, ya que, a pesar de la menor oferta para faena, la debilidad del consumo local como resultado de la caída en los ingresos reales de la población no se han traducido en mejores precios”, indica el informe.
“Desde nuestro Centro, consideramos que la explicación a esta aparente contradicción tanto en el sector agrícola como en el ganadero, entre baja rentabilidad y altos índices de confianza proviene de los contextos macroeconómicos y políticos donde se piensa que la Argentina está ante un cambio de paradigmas en lo económico y cultural. La obsesión del gobierno por el equilibrio fiscal, el achicamiento del Estado y parte de sus ineficiencias, la baja del riesgo país, la posible vuelta al financiamiento internacional por parte de empresas argentinas, la baja de las tasas de interés, y el comienzo de una tibia recuperación de la actividad económica son variables que influyen positivamente en la confianza de los productores a pesar de la baja/negativa rentabilidad y a la persistencia de los derechos de exportación”, explica Steiger.
Con respecto al plano internacional, el 57% de los productores piensan que las políticas del presidente Donald Trump serán favorables para el agro argentino, mientras un 43 % piensa lo contrario.