Fuente: La Nación Campo
Según los expertos, 2024 cerrará con una baja del 7% y el próximo año es posible aguardar una recuperación del 4 al 6%; si bien no compensa, hay una tendencia favorable para seguir creciendo
Tras un comienzo de año para el olvido, con variaciones interanuales muy negativas hasta octubre pasado, este diciembre la producción de leche cerrará más arriba, en comparación al mismo periodo de 2023. En este nuevo escenario, con una Niña casi ausente que pronostica mejores lluvias en las regiones lecheras y una relación insumo-producto muy satisfactoria, se espera que la actividad pegue un salto en producción en 2025: la recuperación iría del 4 al 6% luego de una merma del 7% en 2024.
Ese fue el balance que realizó Jorge Giraudo, director Ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), que recordó los vaivenes que atravesó la actividad en 2023 con una sequía importante, efectos adversos macroeconómicos, con los diferentes dólar soja que encarecieron los costos de producción y precios no tan buenos que condujeron a que la producción retroceda a niveles de entre el 15 y 18% interanual que, luego, y de a poco se fue revirtiendo.
“Vamos a cerrar el año con una caída del 7% respecto a 2023 [ese año registró un volumen de 11.325,6 millones de litros de leche]. En ese contexto, tuvimos también una caída muy fuerte del consumo doméstico. Esa caída en el consumo sucedió por un fenómeno claro de aumento de precios, sin un correlato de suba de los salarios, que llevó el consumo a niveles muy bajos: se pasó de 190 litros a 160 litros, anualizados per cápita”, alertó Giraudo a LA NACION. En detalle, el 75% de lo que se produce en la Argentina se consume en el mercado interno. Consultado sobre la proyección productiva para 2025, indicó: “La estimación que tenemos provisoriamente, ya que aún no hicimos el relevamiento anual con todas las industrias, está en un crecimiento entre el 4 y 6% en 2025 respecto a 2024″.