Al incrementarse en 0,5 puntos porcentuales, se espera que el dólar pierda valor y mejore el poder de compra de los países importadores de commodities
La baja de la tasa de interés de referencia en Estados Unidos ha sido una buena noticia para el país. Sin duda. Y, también, para el mundo de los granos, pese al cuadro interno depresivo a consecuencia de la política impositiva todavía vigente. Al reducirse la tasa, se eleva la liquidez en el mercado internacional de dólares, lo que contribuye a subir los precios de los commodities agrícolas. Toda mejora en la liquidez impacta en los mercados emergentes y, en ocasiones, hasta en los de frontera donde, lamentablemente, se encuentra nuestro país.
Al ser denominado en dólares, toda depreciación de la moneda estadounidense tiende al ascenso del precio de los granos y subproductos, pues al ser medido en términos de una tercera moneda, como el euro, no sufre variación.
Y… ¿cuál es la buena noticia? Hace pocos días, la Reserva Federal (FED) de los EE.UU. redujo la tasa de interés 0,5 puntos porcentuales, al rango de 4,75% a 5%, por lo que puede deducirse que el foco en la política monetaria ya no está más en la inflación de este país. Hay que recordar este organismo aumentó fuertemente la tasa en 2022. Y por ello la inflación se redujo rápidamente. Al no tener un problema de precios relativos, la respuesta fue casi inmediata. Claramente, los EE.UU. no es Argentina, cuyos precios relativos todavía son disparatados.
Según lo expresado por las autoridades estadounidenses, ahora lo interesante es que se iniciaría un período de reducción en las tasas de interés. Los hacedores de la política monetaria han proyectado una sucesión de bajas en la tasa de interés de referencia: otro medio punto porcentual al terminar el año, un punto porcentual, el año próximo y medio punto porcentual, en 2026.
Al bajar la tasa de interés, el dólar tienda a perder valor. Cuando el dólar se deprecia, los capitales van en busca de mejores réditos y, en consecuencia, miran con mayor interés a los mercados marginales.
Además, si el valor del dólar cae, el de las demás monedas sube y, por ello, aquellos países importadores elevan su capacidad adquisitiva de commodities, especialmente agrícolas. Entonces, si la demanda aumenta, manteniéndose la oferta relativamente rígida, el precio tiende a incrementarse.
Si el valor de la moneda de los países demandantes se aprecia (pues, el dólar baja), su capacidad importadora aumenta. Además, cuando la moneda de un país se revalúa se verifica una suerte de incremento en el nivel de vida, al menos en el corto plazo.
Un ejemplo queda claro en el período 2000-2007 cuando los precios se elevaron sustancialmente.
Cuando el dólar se deprecia, fluyen capitales buscando mejores rendimientos en mercados marginales, como la Argentina, que en este momento no tiene acceso al crédito privado internacional, pero podría alcanzarlo si las cosas siguen en el camino emprendido hasta la fecha. Claramente: la noticia es buena.
El autor es economista