Fuente Bichos de Campo
En la presente campaña, la empresa Leiva Hnos, integrante del CREA Sudeste Santiagueño (región Chaco Santiagueño), decidió incorporar el cultivo de sorgo en la rotación con el propósito de eficientizar el uso de los suelos de menor productividad agrícola del establecimiento familiar.
“Además del factor ambiental, dado que un sector del campo cuenta con suelos clase III a V, el sorgo nos permite diversificar las fechas de siembra para descomprimir el uso de la maquinaria agrícola y reducir el área de maíz, que viene registrando en la zona ataques agresivos de Dalbulus maidis”, explicó Danel Leiva.
Además, el sorgo presentó una interesante oportunidad comercial en la presente campaña 2023/24 al brindar la posibilidad de tomar coberturas de precios con valores superiores a los del maíz.
“La meta fue jerarquizar al cultivo y realizarlo con las mismas exigencias que las instrumentadas en el caso del maíz. Por esa razón, lo llevamos a cabo con prescripciones variables en materia de semillas y fertilización”, comentó Leiva en un artículo publicado en Contenidos CREA, quien es, además, socio fundador de la empresa de servicios digitales agropecuarios GeoAgro.
La experiencia –que se instrumenta en colaboración con técnicos del INTA Ceres– se realizó con un módulo que contiene dosis promedio convencionales de semillas y fertilizantes con el propósito de evaluar el impacto productivo y económico de la agricultura variable.
En lo que respecta a fertilización nitrogenada, la tecnología ya permitió realizar un ahorro concreto, dado que la dosis promedio de urea granulada aplicada con agricultura por ambiente fue de 91,9 kg/ha versus una dosis convencional de 100 kg/ha para un planteo estándar. En este caso, ser realizaron cinco ambientaciones en el lote con prescripciones que oscilaron en un rango muy amplio de 30 a 150 kg/ha de urea con dosis medias efectivas logradas de 37,7 a 142,5 kg/ha.
“En términos económicos, la densidad y fertilización variable permitió reducir el costo de ambos factores en 10,2 u$s/ha respecto del modelo estándar, lo que representa una ventaja importante en el actual escenario”, remarcó el empresario.
En un par de semanas más, con el inicio de la cosecha del cultivo de sorgo, comenzará la etapa final del experimento, por medio de la cual se validará el impacto de la tecnología que, si bien usualmente se emplea en maíz, también puede aportar valor en otros cereales.
“Las herramientas digitales permiten contar con un mayor caudal de datos e información al momento de tomar decisiones, además de jerarquizar el aporte de valor que pueden realizar los equipos de trabajo en el marco de una red como CREA”, resumió Leiva.