Fuente: Infobae
Una ex alumna relató cómo operaba el circuito de cobros y ofrecimientos en la Escuela de Enfermería, con mensajes de audio y transferencias como prueba en la causa judicial
El caso que sacudió a la Escuela de Enfermería de la Universidad Nacional de Tucumán -que empezó con una denuncia anónima y tiene a al menos un docente bajo investigación judicial- volvió a acaparar la atención mediática en las últimas horas luego de que una de las imputadas hablara públicamente y contara cómo funcionaba el sistema de coimas y favores sexuales a cambio de aprobar materias.
En una entrevista que dio a Telenoche, la mujer, que también fue estudiante y ahora está acusada en la causa, reconoció que recibía dinero de los estudiantes, que luego -según sus palabras- entregaba al profesor Ricardo Palavecino, el principal acusado en la causa.
“Yo era quien actuaba por pedido de un profesor. Hay varios alumnos que pagaban para obtener sus notas. Y bueno, obviamente en el medio quedo yo porque era quien cobraba, por así decirlo”, afirmó Paola Villagra. Y amplió: “Recibí de algunos alumnos dinero que obviamente se lo entregaba a él. Hay transferencias”.
Durante el reportaje, la ahora arrepentida amplió detalles sobre cómo funcionaba el mecanismo. Según su relato, el docente le señalaba a qué estudiantes debía explicarle el sistema de “pagos” y cómo debían conseguir que les subieran la nota.
“Me señalaba algunos compañeros a los cuales yo debía decirle cómo debían manejarse para que el profesor pueda ponerle las notas”, dijo. Y detalló las sumas de dinero que circulaban: “Sobre cuánto se cobraba, llegué a recibir entre 60 a 70 mil y escuché de su boca –tal como digo en los audios– hasta 100.000 por parciales”.
Además, al referirse a los favores sexuales, resaltó: “En cuanto a lo sexual, las escuchas son muy explícitas. (Palavecino) Decía que había tenido relaciones con compañeros o compañeras. Y hay capturas también de fotos explícitas. Todo esto a cambio de la nota, de la promoción”.

A lo largo de la entrevista, Villagra explicó que el profesor la convencía de seguir actuando con la promesa de ayudarla a conseguir trabajo. “Él me decía que iba a ayudarme con mi trabajo, hasta que vi que se fue de las manos. Era mucho lo que hacía”, expresó.
También contó que algunos alumnos se quejaban por la insistencia de Palavecino para cobrarles más de una vez por la misma materia, aun cuando ya le habían pagado. “Muchos alumnos me contaban que los llamaba pidiéndole más dinero. Me decían ‘me llama y me sigue pidiendo plata cuando ya le pagué’. Lamentablemente, pagaron por su título, hoy están ejerciendo y la sociedad en sí está en riesgo porque no saben hacer su trabajo”.
En el mismo informe televisivo, además, se difundieron audios presuntamente del propio Palavecino donde queda expuesta la negociación por las notas.
En uno de los mensajes de voz, el profesor le dice a Villagra: “50 mil me ha ofrecido. Yo no te voy a dar una promoción por 50 mil”. En otro audio relata: “Se me ha puesto el vago con las patas abiertas mostrándome el p… sentado ahí”.
En sus mensajes también amagó con contar más sobre docentes que participaban del mismo circuito, cuando señaló: “Estoy cansado de hacer favores a medio mundo. En dos semanas yo meto a todos los docentes que hacen cobrar para que los alumnos aprueben… Son mis compañeros, pero si quiero abro la boca y va a ser una bola grande: van a caer profesores, alumnos, todo”.

La investigación judicial arrancó después de una denuncia anónima que alertó sobre prácticas irregulares en la filial Aguilares de la Escuela de Enfermería, dependiente de la Facultad de Medicina de la UNT.
El primer docente en elevar la alerta fue Luis Solórzano, profesor titular de la materia Practicando en Enfermería II. Cuando volvió de su licencia notó que varios alumnos tenían notas sospechosamente altas, a pesar de exámenes casi vacíos. Revisó los exámenes, corrigió calificaciones y reportó la situación a las autoridades.
En paralelo, la denuncia anónima llegó a la Fiscalía Federal N°2 de Tucumán, encabezada por Agustín Chits. El escrito denunciaba directamente a la coordinadora Adriana Barrionuevo y detallaba maniobras con dinero, regalos y favores sexuales para modificar notas. También se aportó un pendrive con comprobantes de transferencias, capturas de WhatsApp y audios sobre la operatoria interna. Los montos variaban entre 30.000 y 100.000 pesos para modificar parciales o exámenes finales.
El profesor interino acusado, Palavecino, sigue bajo investigación judicial y sumario administrativo dentro de la Universidad, mientras la causa avanza en los tribunales de Tucumán. La arrepentida Villagra, por su parte, quedó imputada como parte del engranaje que facilitaba y organizaba los contactos entre los estudiantes y el profesor.