
“No quiero que la muerte de mi hijo sea una más”. Rocío Funes encabezó una segunda marcha por justicia y se reunió con el intendente de Frontera, Oscar Martínez. Apuntó a los tres detenidos como los autores del ataque y exigió una condena perpetua. “No fue una guerra de narcos. Mataron a un nene de 4 años”, afirmó.
Ocho días después del crimen de Zamir Gael Torres, el niño de 4 años asesinado en Frontera en un ataque a balazos, su madre Rocío Funes volvió a las calles para pedir justicia. Encabezó una nueva movilización junto a familiares y vecinos y, esta vez, logró reunirse con el intendente Oscar Martínez, a quien le reclamó mayor seguridad y respuestas ante la escalada de violencia armada.
“Quiero a todos presos. No quiero que esto quede en la nada como siempre pasa en Frontera. Quiero condena perpetua para todos. Mataron a mi hijo, tenía 4 años, era un nene inocente. No estaba en ninguna guerra de narcos”, dijo Funes en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO y reconoció estar conforme con el accionar de la fiscalía. Apuntó a los tres hombres detenidos como los autores del ataque que también dejó herido a su pareja, Braian “Peladito” Martínez (31), y a un cuarto sospechoso que aún está prófugo.
La mujer insistió que el crimen se vincula con un hecho anterior: el asesinato de Horacio “Totín” Martínez (21), hermano de Braian, ocurrido en abril. “Esto viene por mi cuñado. Él tenía problemas de adicciones, iba a los kioscos a sacar droga y ahí empezó todo. Pero yo nunca tuve problemas con esa gente. No estábamos en guerra con nadie”, reiteró.
Antes del encuentro con el intendente Martínez, Rocío pidió más controles, prevención y compromiso del Estado: “Le diré que no quiero que la muerte de mi hijo sea una más, que se haga justicia como tiene que ser. Que no se quede todo en detenciones. Quiero condenas ejemplares”.
También relató que recibió amenazas tras el crimen, incluso a través de redes sociales: “No me dan miedo. Las amenazas me hacen más fuerte. A mí me mataron en vida, pero no voy a parar hasta hacer justicia”, aseguró.
Zamir era su único hijo. “Le gustaban los caballos, iba al hipódromo, al jardín. Me lo mataron de un tiro por la espalda, el primer disparo fue para él, que iba atrás en el auto”, dijo entre lágrimas.
Cómo sigue la causa: tres detenidos y un prófugo
La causa por el asesinato de Zamir Torres sigue avanzando. Hasta ahora hay tres detenidos, imputados por “homicidio calificado” y “tentativa de homicidio”, y un cuarto sospechoso prófugo.
Dos de los detenidos fueron capturados el martes. Durante un operativo de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Córdoba, uno de ellos, M.E., de 31 años, fue hallado oculto en una camioneta con un chaleco antibalas y celulares. Es hermano del primer detenido, V.E., de 23, y presuntamente intentaba fugarse de la provincia. Horas antes se había entregado en Rafaela N.T.M., de 20 años. Los tres están acusados de participar del ataque del 9 de julio, cuando desde un Fiat Cronos negro emboscaron y dispararon al menos 15 veces contra el Ford Fiesta en el que viajaban Braian, Rocío y el pequeño Zamir.
La investigación continúa con pericias, allanamientos y análisis de cámaras y celulares, en busca de esclarecer cómo se planeó la emboscada y dar con el último implicado. Mientras tanto, la comunidad sigue reclamando justicia por el crimen que estremeció a toda la región.
Los investigadores no descartan que el ataque esté vinculado a un conflicto entre bandas enfrentadas por conflictos de territorio y narcomenudeo. El modus operandi —emboscada, fuego cruzado, escape, auto incendiado— se corresponde con prácticas ya conocidas en disputas criminales.