Gabriela Estévez empezó el operativo clamor por la diputada. Fabián Francioni apuesta al legislador con llegada al Instituto Patria. Pablo Carro se anota.

De la Sota desafía a Llaryora y tiende puentes con la tropa refractaria al Partido Cordobés
Natalia de la Sota, con K
Hasta el momento, los caminos hacia el kirchnerismo orgánico no pasaban de trazos rumorosos. Fue Gabriela Estévez, par en la Cámara de Diputados por Unión por la Patria, la que invocó a De la Sota, directamente, en diálogo con un streamer cordobés. A partir de allí las especulaciones estimularon una interna que paulatinamente deja de ser subterránea.
“Depende más de ella que de otros. De si quiere quedar pegada al kirchnerismo. Igual, la posibilidad sería a través de algo mucho más amplio, lo que podría diluir prejuicios”, cuentan desde La Cámpora Córdoba.
Tal presunción ubica a De la Sota encabezando un frente de tinte progresista, pero sin identificación clara con las figuras de Unión por la Patria, como Massa, CFK o Axel Kicillof. Una alianza con socios como Libres del Sur o el Partido Solidario podría allanar el camino para una candidatura con fojas limpias.
La cercanía con Sergio Massa
Sectores de buen diálogo con Cristina, pero reacios a romper todo puente con el PJ local, descreen del real interés de la exconcejala capitalina por sumarse a un armado K. Intuyen que se terminará inclinando por otro sector. “Natalia será candidata de Massa”, afirman dichas fuentes.
Desde el Frente Renovador reconocen la existencia de diálogos desde hace ya varios años. Sin embargo, remarcan que la diputada sigue sin dar una definición que despeje dudas.
“La vemos decidida a jugar por fuera del peronismo. Pero todavía no hemos hablado formalmente. Seguramente será la próxima semana. Estamos en un mismo camino. Ella expresa la síntesis de la oposición a Milei. Sabemos que sus posturas la alejan del cordobesismo. Sobre todo porque el cordobesismo piensa armar una lista de derecha, con muchos radicales”, intuye una voz massista.
Federico Alesandri, una opción pura
Entre los sectores que flotan en el estanque kirchnerista hay quienes siguen imaginando una cabeza de lista en manos de algún dirigente que reúna condiciones para muchos irreconciliables: credencial K al día, pocas elecciones en el cuentakilómetros, afinidad con el PJ Córdoba, distancia visible con La Cámpora.
Federico Alesandri es el único referente que enlaza tales atributos. El legislador provincial trabaja desde hace meses en tándem con Fabián Francioni, exdiputado nacional e intendente de Leones, para rearmar el movimiento en la provincia tras varios años de bajas en las adhesiones.
Ambos pugnan por una renovación de los cuadros dirigenciales. Reprochan a antecesores y contemporáneos, como la propia Estévez, incapacidad para edificar una estructura sólida en la provincia, especialmente durante los años en que Cristina empuñaba sin cuestionamientos el bastón de mariscal.
Advertencias sobre posibles retaceos de apoyos se ciernen también sobre Pablo Carro. “No es de nuestro espacio, no nos representa”, sentencian armadores capitalinos que impulsan al exintendente de Embalse.
Pablo Carro, a la espera
El aludido transita los que podrían ser sus últimos meses como diputado sin certezas sobre su destino tras los comicios de octubre. Tampoco manifiesta apuro para lograr definiciones que, sabe, provendrán una vez más desde Buenos Aires.
Esta certeza mantiene un sabor amargo. Fue desde aquella ciudad, más precisamente el Instituto Patria, que partió la orden de bajar su candidatura a gobernador en 2019, horas antes del acto de lanzamiento oficial.
Seis años después, el docente universitario mira hacia adelante y presta atención a todas las instancias que restan hasta la decisión de los nombres que conformarán listas. También expresa confianza en la resolución, vía acuerdo, de la interna que sostienen CFK y su exministro de Economía. Tal concierto derivaría en reglas claras para todo el país, evitando más enfrentamientos “innecesarios”. La reunión privada de este jueves alienta tal expectativa.
El entorno de Carro evoca encuestas, encargadas por el peronismo, que lo indican como el dirigente con mejor imagen en el espectro progresista, con una intención de voto cercana a 9 puntos, apenas uno debajo del piso histórico del kirchnerismo en Córdoba, suficientes para pelear por la banca puesta en juego. “Y sin hacer campaña, sólo gestionando y dialogando con todos los sectores”, remarcan.
Una nueva construcción
Aquellos nueve puntos equivalen a tres menos que los que obtuvo Estévez, su rival en la interna cordobesa, en las legislativas de hace dos años. Pero son siete más que los que obtuvo la fórmula Alesandri–Estévez en la compulsa para gobernador disputada cuatro meses después, sótano para cualquier evaluación de fórmulas propias.
Ambos dirigentes aparecen entre los impulsores de la agrupación Primero la Patria, conformada por dirigentes de todo el país. En su presentación, el colectivo llamó a la “construcción de complementariedad con otras expresiones del PJ”. Una semana después nadie puede afirmar quiénes más pondrán manos a la obra.