Fuente: LaNacionCampo
Según expertos del sector, de bajos niveles antes del sistema de flotación cambiaria se pasó a más de 200.000 toneladas, pese a que la divisa no subió lo que se especulaba; aguardan más operaciones
En una semana con fuerte avance de la cosecha y mejora en el clima, los ingresos de camiones a los puertos del Gran Rosario marcaron un nuevo récord en lo que va del año, con 6200 unidades registradas en las primeras horas de hoy. Se espera que la cifra continúe. Las ventas de soja de la producción también mostraron un fuerte repunte: pasaron de 46.000 toneladas el lunes 14 de abril a más de 230.000 este lunes y superaron nuevamente las 200.000 este martes. Si bien el buen clima permitió que las cosechadoras accedieran a los lotes, los analistas subrayaron que el nuevo escenario cambiario no frenó las decisiones comerciales, como se temía tras los anuncios sobre el fin del dólar blend y la flotación del tipo de cambio. Es decir, hubo buen nivel de comercialización aunque la divisa no tuvo el recorrido alcista que algunos expertos esperaban.
A pesar del repunte, las ventas todavía no alcanzan el promedio habitual para esta época del año, en parte por el retraso de la cosecha, que comenzó casi un mes más tarde de lo habitual. Desde el sector explicaron que el productor enfrenta compromisos financieros que lo empujan a vender, aunque muchos eligen avanzar con cautela por los precios bajos y la incertidumbre en el mercado cambiario.
“El viernes 11, cuando se anunciaron las nuevas medidas —la flotación, el final del dólar blend, la salida parcial del cepo—, la duda que se había planteado era qué iba a pasar con las ventas primarias de soja una vez que el dólar empezara a bajar porque terminamos con una soja más barata que antes de los anuncios”, explicó Javier Preciado Patiño, analista de RIA Consultores.

Sin embargo, el productor empezó a vender. “Las ventas pasaron de 46.000 a 232.000 toneladas en una semana”, remarcó. Fue el cuarto día de mayor volumen desde que arrancó el año. Explicó que el impulso vino por el regreso del buen tiempo, pero también por la necesidad de liquidez: “El productor necesita hacer caja para pagar deudas y otras obligaciones financieras. Y además tiene la posibilidad de quedarse en dólares”. Algunos, en tanto, prefieren mantener sus pesos y esperar un tipo de cambio más conveniente. “Pueden quedarse en pesos, apostando a que el dólar no se va a mover. Operar en pesos y para agosto o septiembre comprar más dólares de los que hoy podría. Aunque me parece que eso último no va a ser lo más común”, sostuvo.

Más allá de la venta física de grano, otro dato que confirma la tendencia es el crecimiento de las operaciones en el mercado de futuros. Según detalló el analista, el volumen de contratos de soja para mayo casi se duplicó desde que se anunciaron las nuevas medidas: “El 11 de abril no llegabas a 80.000 toneladas cubiertas en el mercado de futuros y ayer [por el martes] terminaste con casi 180.000. O sea, ganaste 100.000 toneladas”.
Aun así, desde el sector alertaron que las ventas todavía están por debajo del promedio habitual para esta época del año. Dante Romano, del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, explicó que lo normal en abril es que se operen entre 300.000 y 400.000 toneladas diarias. “Hoy estamos viendo 150.000”, señaló. El retraso de la cosecha —que arrancó casi un mes más tarde que lo habitual— explica parte de la demora.

La expectativa es que la venta va a continuar, incluso con precios bajos y un dólar débil, porque los compromisos financieros del productor no esperan. Pero también influye el riesgo de fluctuación cambiaria. “Entre que vendés, cobrás y usás esos pesos para pagar una deuda en dólares pueden pasar cinco o diez días hábiles. Si el dólar se mueve mucho en ese lapso, podés terminar perdiendo”, explicó Romano.
El repunte en la cosecha también recargó el sistema logístico. Fernando Turín, presidente de Agroentregas, confirmó que este miércoles se registró un nuevo récord: “Tuvimos 6200 camiones, superando el récord anterior de marzo, cuando habíamos llegado a 6077”.
“El clima está acompañando. Hay algunos chaparrones aislados en ciertos lugares, pero no creo que lleguen a cortar la cosecha. Así que bueno, siguen avanzando. La soja es lo que más se podría llegar a perjudicar en caso de que continúen las lluvias”, explicó Turín en diálogo con LA NACION.

El fuerte repunte logístico se dio en cuestión de días. “El lunes fue un poco más bajo, porque veníamos de un fin de semana largo. Hubo unos 3800 camiones, pero igualmente, para ser lunes y después de un feriado largo, ya se preveía que iba a crecer rápido. Desde esos 3800 del lunes, hoy estamos en 6100 o 6200”, detalló.
En este contexto, productores y operadores coincidieron en que cuesta conseguir camiones. “Hay como una sobreoferta de mercadería para mover, entonces se complica conseguir camiones”, explicó Turín.
En ese sentido, aclaró que el problema también se agrava porque “la dinámica habitual es que los camiones recojan la cosecha del lote, la trasladen a un galpón y, más adelante, la lleven al puerto“.
Este año, la superposición entre la soja y el maíz de primera recargó el sistema. Según explicó, el maíz de primera no llegó a entregarse completamente a puerto, como suele hacerse, debido a las lluvias de semanas anteriores. Esto provocó un cuello de botella: la soja empezó a cosecharse antes de que se terminara de despachar el maíz, y eso redujo el espacio disponible en acopios y cooperativas, que normalmente se libera para almacenar la oleaginosa.
“Como no hubo tiempo de sacar todo el maíz, se priorizó mandarlo a puerto para dejar lugar para la soja. Pero ahora, con la cosecha de soja encima, muchos están mandando todo directo a puerto, lo que genera más presión logística y eso hace que se sature mucho más”, explicaron desde el sector