2 de Abril – Día de la concientización sobre el Autismo |
Verónica Maggio, doctora en fonoaudiología y directora de la Diplomatura en Trastornos del Lenguaje Infantil de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, profundiza sobre los diferentes niveles de TEA y brinda herramientas para facilitar la comunicación y favorecer la evolución de los pacientes. |
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Buenos Aires, marzo de 2024 – El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se define como la dificultad persistente en el desarrollo del proceso de socialización -interacción social y comunicación social-, junto con un patrón restringido de conductas e intereses, dentro de lo cual se incluyen restricciones sensoriales. La Mayo Clinic (2023) enumera una lista de factores que pueden generar mayor propensión al autismo:
El crecimiento exponencial de casos de los Trastornos del Espectro Autista, que se ha dado desde la década del 70 hasta la actualidad, ha despertado gran interés por el tema en el último tiempo. Mientras que en los años 70 se diagnosticaban 4 o 5 casos cada 10.000 niños, en 2023 el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) reportó 1 niño con autismo cada 36. Un dato llamativo es que, en 2016, la CDC registró 1 cada 54 niños. Aquí cabe preguntarse: ¿qué factores han provocado este aumento? En primer lugar, no existe una respuesta única. Se trata de un fenómeno pluricausal en el que confluyen aspectos de la biología y el ambiente. Una de las posibles razones del incremento del número de casos es el cambio en los criterios diagnósticos. Hoy se habla de la noción de espectro autista como un abanico de síntomas que pueden abarcar a personas con condiciones muy variadas que tienen como síntoma común las dificultades comunicativas, sociales, los intereses restringidos y las conductas repetitivas. Esos síntomas pueden presentarse de modo variable: hay personas con autismo que nunca aprenderán a hablar y otras que lo hacen a la perfección con peculiaridades en el acento o utilizando términos extraños (o excesivamente sofisticados). Del mismo modo, hay personas con diagnóstico de TEA que padecen discapacidad intelectual (aproximadamente el 20 % de los casos según Granana y cols, 2022) y otros con inteligencia brillante capaces de destacarse notablemente en el mundo profesional, pero con algunas limitaciones en la socialización. Esta situación se replica en todos los ejes del autismo: existen niños con TEA e hiperactividad, otros hipoactivos y otros con un nivel de actividad media. En relación con aspectos sensoriales, hay algunos hipersensibles que no toleran ruidos estridentes, el corte de pelo o determinadas texturas y colores a la hora de comer, y otros hiposensibles que pueden tener un accidente fuerte y no sentir el dolor. En el consultorio, una de las principales inquietudes que planteanlos padres es cómo pueden trabajar la comunicación con sus hijos. El abordaje dependerá de las características de cada paciente y del nivel de desarrollo de la comunicación de cada uno:
El TEA es tratable en cada uno de los ejes de la dificultad, pero para hacerlo es importante recordar que lo primordial es:
Por último, y entre los aspectos más importantes, es necesario recordar que las terapias duran varios años y requieren de la dedicación y el compromiso familiar continuo con el equipo terapéutico, porque esto es lo que facilita la inclusión social y escolar. |
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Por Verónica MaggioDoctora en Fonoaudiología y Directora de la Diplomatura en Trastornos del Lenguaje Infantil de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral. |