- Así lo afirmó Sandra, quien alberga en su casa a niños y niñas en el marco del programa Familias para Familias de la Senaf.
- La iniciativa tiene como finalidad evitar la institucionalización de los menores y promover su derecho a crecer en familia.
- La pandemia incrementó la necesidad de contar con más familias de acogimiento para el cuidado y la contención de los niños, niñas y adolescentes.
Sandra Modesto vive en Villa Carlos Paz y tiene su hogar abierto para recibir con cariño a niñas y niños que necesitan un entorno familiar contenedor, propicio para su desarrollo y la protección de sus derechos.
De esta manera, Sandra participa como familia de acogimiento del programa “Familias para Familias”, a través del cual recibió a 11 niños en distintos momentos. “Es un proceso muy sencillo y no hace falta ser una familia tipo, hay mujeres solas, parejas igualitarias, etcétera. Todo es muy rápido, pero muy serio y comprometido”, explica esta mujer de corazón gigante.
Actualmente se encuentra en un impasse, ya que hace solo veinte días cuidó a dos hermanas mellizas de seis meses, que luego lograron volver con un familiar.
Su hermana Claudia Modesto también es familia de acogimiento y en este momento acoge a una niña. En este caso se trata de una bebé prematura que hoy, gracias al amor y al cuidado que le brinda, tiene 40 semanas de vida. “La acompañé en el hospital cuando estaba con oxígeno y ahora, hace 15 días, la tengo en casa. Ellos están muy desamparados, pero cuando empezamos a ir y hablarles van sanándose más rápido”, relata.
Paola González y Viviana Errador también son familia de acogimiento y en este momento tienen a un bebé de un mes, y además son madres adoptivas de dos hijas de 8 y 13 años. “Le dije a Vivi que quería adoptar y cuidar niños. Lo hicieron conmigo y yo también quería hacerlo, porque se trata de un legado, seguir dando amor a otros niños. Así lo hicimos y por este hogar ya pasaron 13 niños”, recuerda Paola.
Experiencias transformadoras
Las familias de acogimiento reciben a los niños, niñas y adolescentes como si fueran un hijo, con disposición para brindar cuidado y cariño para su integración al hogar.
Paola y Viviana hacen hincapié en lo que significa animarse a vivir una experiencia transformadora. “Ojalá haya más familias que se animen, la clave está ahí, en animarse y saber que se puede; miedo tenemos todos, es parte de la vida, pero todo miedo se vence cuando hay amor. Recibimos amor, y en muchos casos, fuimos la primera palabra de ellos, cuando nos dijeron’mamá’”, recuerda emocionada Paola.
Por su parte, Sandra expresó: “Acoger a un niño es algo maravilloso y además es gratis, no cuesta nada, es pura entrega y amor. A los que no se animan yo les diría que lo intenten, que lo prueben, que amar sin apego existe y se practica. Yo siempre le digo a la gente que ellos pueden ser el primer beso de un bebé. ¿Sabés lo que es ser el primer beso de un bebé? Es fantástico.”
Practicar el desapego
Las familias de acogimiento asumen el compromiso de acompañar a los niños durante el tiempo que se extiende la medida excepcional de protección, garantizando sus derechos básicos a la educación, salud, recreación e identidad.
“Nosotras tenemos muy en claro que nuestra tarea es acompañar este proceso corto y prepararlos para su familia, para su casa y con eso ya es suficiente. Estamos preparadas para el momento de la despedida y la tomamos con total naturalidad. Al comienzo se los extraña, pero después los ves bien y decís qué bueno, valió la pena”, relata Sandra.
Por su parte, Sol Buffa, hija de Sandra, también se acostumbró a practicar el desapego. “Nosotras tratamos de naturalizar esto lo más posible, porque son parte de la familia. Por eso, para transformar esa pena que sentimos al principio organizamos la despedida, juntamos a toda la familia y lo tomamos como una gran fiesta”.
Sandra acota: “El amor y la contención de la familia los sana; las caricias, las miradas, las sonrisas, no hay duda de que ellos se van con el corazón encendido. A veces la gente piensa que después de un tiempo te los quitan. En realidad, no te quitan nada porque nunca fue tuyo, sólo pasó por tu hogar para sentirse amado y luego seguir el vuelo de vida”.
Para Paola y Viviana, “cuando los niños se van el duelo pasa y el dolor termina sabiendo que hay otras familias que los contienen. Tenemos en claro que esto es un círculo de amor. Ellos nos llenan de amor, nos dejan amor para que nosotras podamos seguir dando amor”.
Familias para Familias
El programa “Familias para Familias” depende de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, del Gobierno de la Provincia de Córdoba.
Actualmente, la pandemia ha incrementado la necesidad de contar con más familias de acogimiento para la contención de los niños y niñas, mientras se resuelve la situación que dio origen al alejamiento de su seno familiar.
Para más información sobre el programa Familias para Familias, hay dos vías de contacto, por correo a familiadeacogimiento@gmail.com o al teléfono: (0351) 4343332.