La Provincia realizó esta experiencia participativa de ciencia ciudadana tendiente a generar políticas públicas para reducir las emisiones contaminantes.
Se firmaron convenios con municipios para concretar el monitoreo a través de sensores portátiles dispuestos en bicicletas.
También participaron Ambiente de la Nación, el programa PNUD de Naciones Unidas y la Universidad de Cambridge.
Días atrás, se completó un proyecto demedición de la contaminación del aire en varios municipiosque firmaron convenios con el Gobierno de Córdoba para su ejecución y en el que colaboraron ciclistas voluntarios. La iniciativa contribuirá a la generación de información que facilite la elaboración de políticas públicas a nivel municipal para reducir la exposición a la contaminación ambiental y mejorar la calidad de vida.
El proyecto “Experimento participativo de aire: una experiencia de ciencia ciudadana y políticas públicas” permitió medir la contaminación del aire por particulado atmosférico (polvo en suspensión de pequeño tamaño), también conocido como material particulado de diámetro aerodinámico menor a 2,5 micrones.
Fue ejecutado por la Secretaría de Ambiente de Córdoba junto al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Además, participaron el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Universidad de Cambridge (Inglaterra), donde nació este proyecto de participación ciudadana. Juan Carlos Scotto, titular de Ambiente provincial, concretó las gestiones para que se hiciera en Córdoba.
En el monitoreo, se utilizaron 10 equipos pertenecientes al grupo Open-Seneca, de la citada Universidad inglesa. Se trata de sensores portátiles de calidad del aire, de bajo costo, diseñados para identificar puntos calientes de emisión e impulsar cambios de comportamiento. Fueron prestados por convenio de comodato con Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional. La Provincia no realizó ninguna erogación.
Para la materialización del proyecto, Ambiente provincial suscribió convenios con los municipios de Alta Gracia, Villa Allende, La Calera, Mina Clavero, Jesús María, Colonia Caroya, Ucacha, Nono, San Javier y Yacanto, Río Tercero, Villa Carlos Paz, La Población, Almafuerte y Corralito. También participó Córdoba capital por acuerdo directo con la Nación.
En los acuerdos celebrados, se resalta que los municipios deben velar por la calidad ambiental de sus territorios y que Ambiente los apoya en la prevención de la contaminación ambiental.
Scotto destacó que el proyecto “articuló el trabajo en equipo entre los gobiernos nacional y provincial, organismos ambientales y localidades”, al tiempo que dijo: “Se impulsaron acciones para obtener indicadores que aporten datos aplicados a la prevención del daño ambiental, necesarios para formular y fortalecer políticas”.
Y agregó: “Si en cada comunidad somos capaces de identificar la exposición a partículas y medir la calidad del aire, podremos trabajar en medidas para reducir exposiciones, mitigar nuestra actividad en la generación de contaminación y comprometernos en decisiones que mejoren la calidad de vida de las poblaciones”.
Mediciones
Las mediciones se hicieron entre el 22 de octubre de 2020 y el 8 de febrero de 2021. Permitieron reconocer puntos significativos de concentración de partículas en suspensión en vías de tránsito de las distintas localidades.
Los datos obtenidos son de utilidad para reconocer patrones de conducta, horarios, estilos y prácticas cotidianas que podrían modificarse, y diseñar alternativas para disminuir la contaminación.
Cada municipio participante buscó ciclistas voluntarios y fijó fechas para concretar las mediciones. Los sensores portátiles se montaron en las bicicletas para que los ciclistas midieran la contaminación del aire durante los recorridos que efectuaron en rutas y calles.
Técnicos de Open-Seneca brindaron explicaciones a los equipos municipales sobre el funcionamiento de los sensores.
Estos dispositivos también mensuran la humedad relativa, la temperatura e, indirectamente, la velocidad del ciclista en el tiempo. Las mediciones se complementan con los datos de estaciones meteorológicas próximas a las poblaciones en estudio.
Se encontraron puntos de alta concentración de particulado atmosférico (superior a 2,5 micrones) en algunos lugares. Se descubrieron puntos calientes en zonas de semáforos, esquinas y vías con alta circulación vehicular, y material particulado acumulado en hojas de árboles.
Al analizar los datos, se percibió que la contaminación no sólo proviene de las grandes industrias, sino también de las actividades diarias y de las condiciones características de cada localidad o ciudad.
Entre las posibles causas de la contaminación ambiental, pueden mencionarse: emisiones de vehículos a través de caños de escape; levantamiento del material (polvo o tierra) debido a la frecuente circulación; y escasa cobertura vegetal (yuyos) a nivel de suelo en espacios verdes.
Con los datos conseguidos, los municipios podrán adoptar medidas para achicar la contaminación. Según especialistas, una forma sencilla de mejorar la calidad del aire sería poner más cobertura vegetal a nivel superficial en distintos terrenos.
Desde Ambiente provincial, el proyecto estuvo a cargo de la directora de Gestión de Recursos Naturales, Paula Mogni, y la coordinadora Viviana Sbarato. Entre otros, colaboraron Agustina Gaich, Sofía Pellarín y Constanza Rosa, estudiantes de ingeniería ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba.
Sbarato destacó la utilidad que tienen las mediciones concretadas para los municipios. “Los ayuda a saber qué produce la contaminación del aire y qué medidas deben tomar para reducirla”, sentenció.
El vínculo entre Ambiente y los municipios continuará para profundizar el análisis de datos, la planificación y el diseño de acciones simultáneas de cooperación.
Acuerdo internacional
El proyecto de monitoreo del aire está en sintonía con el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de Escazú, al que Argentina adhirió el año pasado.
Se trata de un tratado internacional suscripto por 23 países de Latinoamérica y el Caribe que define protocolos para la protección del ambiente y la participación ciudadana.
Al involucrar a ciudadanos como voluntarios para recolectar datos a través de mediciones de calidad del aire, se garantiza la implementación plena de los derechos de acceso a la información ambiental por parte de la población, la generación de conciencia, el involucramiento en la preservación ambiental y la efectivización de la participación ciudadana en la creación de políticas públicas.
“El voluntariado de la gente es lo más importante y merece ser destacado”, afirmó Sbarato.
La experiencia de medición con los equipos Open-Seneca ya se hizo en la ciudad de Buenos Aires (en 2020) y también en Nairobi, capital de Kenia.